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Día de la Tierra: un llamado urgente de vida

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“La humanidad se encuentra en una encrucijada. Ahora es cuando decidimos cómo queremos seguir como civilización. ¿Crearemos un futuro vivible, justo y equitativo para todos? ¿O dejaremos que las generaciones presentes y futuras vivan en el caos y la destrucción? Los sistemas de soporte de vida del planeta se están desintegrando y nuestro medio ambiente necesita ser restaurado”.

El sábado 22 de abril participamos en la marcha que se realizó de la Freedom Plaza a la Casa Blanca con el propósito de mostrarle al gobierno y a las corporaciones nuestra preocupación por nuestra madre tierra, pero también para reprocharles el uso ominoso e indiscriminado de los combustibles fósiles.

El grito que retumbó en el centro de Washington fue muy simple: detengamos el consumo de petróleos, gasolinas y carbón, pues es una amenaza no sólo para la humanidad, sino para todos los habitantes del globo terráqueo, incluyendo plantas y animales, el tiempo límite para lo irreversible está por llegar…

La movilización congregó a cientos de personas de todas las edades y fue bastante multicultural y variopinta; niños con sus padres, abuelos con las familias, jóvenes conscientes, activistas y en general personas de diferentes niveles socioeconómicos, todos con la intención de hacer un llamado urgente al gobierno, a los ricos y a los poderosos del planeta que continúan con  su sordera y se oponen a cualquier cambio que afecte su nivel de vida; sus grandes yates, sus gigantescas mansiones, sus varios vehículos de lujo en el garaje, así como sus fiestas despampanantes y brutales -bacanales- que son una vergüenza para un mundo en agonía.

La gente se expresó con civilidad, no hubo ningún tipo de provocación tampoco y la policía respecto a los protestadores, el evento puede decirse fue alegre y entusiasta, y a los que tenemos ilusiones y cierta confianza en la razón, resultó esperanzadora.  

Lo reprobable fueron todos aquellos negocios que aprovecharon el membrete de “Día de la Tierra” para vender servicios, alcohol –como el “Earth Day happy hour”-, clases de yoga, de cerámica, entretenimiento, etcétera, con el único fin de hacer dinero, pasarla bien y reírse una vez más… En realidad todas las supuestas actividades alternas y paralelas no fueron sino otra distracción para no participar en las movilizaciones, pues entre menos concurridas las marchas y protestas, más cinismo hay de los poderosos; fabricantes de armamento, petroleros y banqueros principalmente.

En fin, un abrazo a los oradores, las organizaciones participantes y a las personas asistentes a quienes nos llovió, prácticamente nos cayó un aguacero encima, pero con todo al final aguantamos, nos mojamos, claro, pero ya bajó la lluvia los jóvenes comenzaron a reír y a cantarle a las nubes.

Earth Day 2023, sabado 22, 12PM, Freedom Plaza, Washington DC.

Hola Cultura