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Parte de una seria de artículos con participantes de TamalFest DC. (Read our interview below in English. It’s part of our series on TamalFest DC participants.)
Cuando Eliseo Ventura llegó por primera vez al área de Washington hace 30 años, comenzó a extrañar la comida de casa, en el departamento de La Unión, El Salvador, tanto que a veces soñaba con los tamales, los cuales son parte de la celebración en Navidad.
TamalFest DC, April 19, 5-8 p.m., St. Stephen’s Church, 1525 Newton St., NW, Washington D.C. COMPRA BOLETOS | BUY TICKETS HERE!
“Cuando llegué a DC, no había muchos latinos que vivían aquí en ese momento”, recuerda. “Y pocos lugares sirvieron tamales de res, pollo, cerdo o elote como en casa. No hubo tamales porque no había muchos Latinos, cuando yo vine a esta ciudad”.
El 19 de abril, Ventura ayudará a recrear ese sabor de El Salvador que el recuerda en el TamalFest DC el cual tendrá lugar de 5 a 8 pm en la iglesia de St. Stephen’s Church en Columbia Heights.
El ex propietario del Restaurante La Joya, Ventura se ha unido a su mejor cocinera “una fabricante de tamales experta “, dice, para nuestro festival de “tamales” que celebra un plato que se sirve en muchos países de América Latina, aunque con algunas diferencias en ingredientes y los nombres.
Hasta el momento, Hola Cultura ha firmado la participación de seis cocineros o equipos de cocina, cuyos miembros son originarios de El Salvador, México, Nicaragua, Colombia, Perú y Jamaica. Los cuales mostrarán sus diferentes tradiciones tamaleras y compartirán su comida con el público del festival, el cual votará por sus favoritos (People’s Choice Awards).
Ventura se ha asociado con el ex cocinero de su restaurante para hacer su favorito, el tamal de gallina, utilizando una receta especial. Aunque él sabe que la competencia será dura, dice que espera sus tamales se coloquen entre los mejores del Festival. También espera que su esfuerzo sea un ejemplo para sus dos hijos y otros jóvenes.
Ventura, quien obtuvo su primer trabajo a los 19 años recién llegó a DC como bartender, cargo que desempeñó durante 25 años en un restaurante local, llegó a tener su propio restaurante, “La Joya”, que dirigió hasta el año pasado.
“Siempre me gustó trabajar, superarme a mí mismo, y no ser una carga para el país”, dice Ventura, cuya otra pasión es el fútbol. Además del negocio de los restaurantes, es también miembro activo de la comunidad que participa en La Liga Deportiva Salvadoreña, una liga amateur de fútbol que juega en los campos deportivos alrededor de Washington DC.
When Eliseo Ventura first arrived in the Washington area 30 years ago, he so missed the home cooking he grew up with in the Department of La Union, El Salvador, that sometimes he’d dream about the tamales that were a highpoint of every Christmas celebration.
“There weren’t many Latinos living in the city at the time,” recalls Ventura, who will help recreate that flavor of El Salvador on April 19th at Hola Cultura’s TamalFest DC taking place from 5 to 8 p.m. at St. Stephen’s Church on Newton Street NW in Columbia Heights.
The former owner of La Joya restaurant, Ventura is teaming up with his best cook—“an expert tamal maker,” he says—for our festival that celebrates a dish that happens to be served in many Latin American countries, albeit with some differences in ingredients and local names.
So far, Hola Cultura has signed up six cooks or cooking teams whose members hail originally from El Salvador, Mexico, Nicaragua, Colombia, Peru, and Jamaica. They will showcase different tamal-making traditions, share their food, and vie for People’s Choice Awards for the crowd favorites.
Ventura is teaming up with the former cook of his restaurant to make his favorite chicken tamales using a special recipe. While he knows the competition will be stiff, he says he hopes to place among the best of the Fest and set a good example.
Setting an example for his two children and other young people is important to Ventura, who landed his first job as a bar back at a local restaurant shortly after arriving in Washington at the age of 19. Five years later, he became a bartender, a job he held for 25 years, until he opened up his own Randolph Street NW restaurant, La Joya, which he operated until late last year.
“I always liked to work and improve myself and not be a burden on this country,” says Ventura, whose other passion is soccer. He is also an active community member who participates in La Lega Deportiva Salvadorana, an amateur soccer league that plays on fields around Washington DC.
“That’s what I’d like to be, a good example,” Ventura says.