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Los Filmes de la época de Oro del cine mexicano a través de tres de los más grandes de la comicidad:
Cantinflas, Tin Tan y Pedro Infante
Diferentes países tienen diferentes formas de reírse. Unos se ríen de su pasado, otros se ríen de su presente, otros más de sus minorías, de sus tradiciones o de sus figuras estelares y políticos, y otros tantos, se ríen de sí mismos. Ya de su ingenuidad, de sus desgracias, de sus comportamientos o del conflicto que les toco vivir. Todo depende de la idiosincrasia, de la cultura o de la educación. En el caso del pueblo mexicano, este se ríe de los héroes, de los clichés en torno a la cultura, de los famosos, de las costumbres sociales, de la falta de democracia, del mestizaje, de la iglesia católica –a veces- y de sus tragedias. Los primeros cómicos que se recuerdan son los egresados y/o formados en las carpas mexicanas de la época postrevolucionaria. Para los que no sepan, la carpa es una suerte de teatro ambulante que daba funciones en los barrios marginales y cuya audiencia en su mayoría eran obreros, campesinos y gente del pueblo en general sin mucha educación. Presentaban principalmente a cómicos, bailarinas y cantantes, en ocasiones algún mago o prestidigitador y también malabaristas o ventrílocuos. Aparte del espectáculo en si, la carpa encarna la catarsis del pueblo inconforme y la realización de los deseos de una vida digna, de justicia social y la venganza por la opresión a las clases bajas, además, da salida a los deseos de rebelión, a las críticas y protestas de una sociedad, que no por pobre es tonta y no por la existencia de represión oficial se queda callada. La carpa como los expertos la han llamado, es el teatro interactivo de la provocación y la terapia. En este particularísimo show, la diferencia entre proscenio y audiencia queda eliminada, pues el cómico convierte al espectador en su patiño -su objeto de chiste- y a la inversa, dado que el público, marca el tono y el contenido del espectáculo, exigiendo con rechiflas, gritos y albures la entrega del rito teatral. Famosos son; Manuel Medel, Jesús Martínez Palillo, El Panzón Soto, Resortes, Clavillazo y Mantequilla, por mencionar. De entre todos estos carperos, resalta el nombre de Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, mejor conocido como Cantinflas; el peladito –apelativo en desuso hoy en día, pero que en los 40s se utilizaba para designar a un hombre salido de los barrios pobres e inculto – genial de gran sonrisa e ingenio. Cantinflas es un personaje singular, no solo por su vestimenta, sus retruécanos lingüísticos y sus poses, sino porque representa el ensueño de los desposeídos; mitad indio ladino, mitad pícaro, parte truhán, parte bufón, parte aventurero; este peladito se burla de los ricos, de los poderosos, enamora a la señora de la casa principal y no le tiene miedo a las consecuencias, pues se sabe mas listo que los demás, dado que tiene algo de lo que los otros carecen: un lenguaje propio, por no decir único. Y es precisamente esta forma de hablar, la que lo saca de sus problemas y lo encumbra. De brillante incoherencia, Cantinflas hace malabares con el lenguaje y trastoca la sintaxis del español. Confunde pero clarifica, esconde pero devela, es frugal pero vacío. A esta forma de hablar se le llamó cantinfleada y se convirtió en una forma de referirse a alguien cuando era difícil entender su conversación. La Real Academia Española incluyó el verbo cantinflear y la palabra cantinflada en su diccionario en 1992. Clásico sin igual, cantinflas ha sido comparado con Charles Chaplin y como todos los iconos no sucumbe al tiempo, y sigue uno y todos riéndose tanto como ayer.
Tin Tan no es quizá tan conocido como Cantinflas, pero para muchos es el padrino del Spanglish, el vocero de los pachucos y en definitiva uno de los iconos de la época de los zoot suit. Retratado en murales, retomado en canciones de rock, grafiteado en las paredes de Tijuana y estudiado en las universidades de la frontera de ambos lados del muro, Tin Tan representa a la primera generación de jóvenes latinoamericanos influenciados por la cultura norteamericana. –Ojo: para los que no sepan, los zoot suit riots es el primer acto de represión racial moderno en contra de una minoría hispanohablante. Este episodio de la historia norteamericana, esta magistralmente expuesto en el filme Zoot Suit interpretada por Edward James Olmos-. El padre de Tin Tan, que era agente aduanal, fue enviado a la fronteriza Ciudad Juárez, Chihuahua, donde su adolecente hijo aprende inglés y ciertas “transas” para hacerse la vida. Ya como guía de turistas, ya como interprete, ya como locutor en la radiodifusora local XEJ, donde desarrolla por vez primera al personaje del pachuco que mas tarde lo llevara a los grandes escenarios. Pachucón, pachuqueando, ranfla o parquear son solo algunas de las palabras que este otro maestro de la comicidad y el lenguaje –también- ponen de moda en el Mexico de los 40s-50s. Su jerga lingüística se derivada del español pero contiene tintes de palabras en inglés y a la inversa, tales como: No checa andar de tacuche, o chale con la charola. Lenguaje florido, fronterizo y transgresor. Que onda esos vato rieles ! Se convertirá en saludo común entre los jóvenes de la época y Octavio Paz escribirá un capitulo en torno a este fenómeno en el libro El Laberinto de la Soledad. Indisciplinado, impuntual, parrandero, desorganizado, pero a la vez inteligente, espontáneo, improvisador nato, alegre, simpático, bondadoso, trabajador y profesional, Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo, da voz y presencia en América Latina al que será el primer producto de la inmigración latina a este país: el Pachuco. No solo a través del cine y sus canciones, sino a través de sus chistes, sus musicales e historias. Tin Tan es el maestro de la parodia. Un ejemplo es el delirante filme “La marca del Zorrillo”, donde se mofa del héroe español y personaje del Zorro, en el papel del vizconde Martín de Texmelucan-Tin , experto del látigo y la espada en favor de los desposeídos. Como en muchos de sus filmes, Tin Tan es algo así como un Robin Hood moderno luchando por los pobres, los desarraigados y los necesitados, mismos que serán su público. Pese a que su estilo “tintanesco” lo llevó al éxito y la fama, por parte de los académicos e intelectuales recibió duras críticas por su manera de hablar, sin embargo esto no logró detener su carrera. Dejó más de 100 películas, 11 discos y dos cortometrajes. Un dato curioso es que Tin Tan conserva el récord de besos en filmes con las mujeres más bellas de México, dado que ninguna se quedaba sin el beso de Tin Tan dentro y fuera de la pantalla. No se le iba una viva carnal.
A diferencia de los dos grandes anteriores, Pedro Infante es quizá el más enorme fenómeno en la historia del cine mexicano. A pesar de que no instaura un lenguaje propio, no lleva un vestuario particular y no tiene un personaje o avatar en el cual encubrirse, Pedro Infante lo acapara todo. No solo por ser un maestro de la comedia como los dos anteriores, sino porque es un galán del celuloide que rompe corazones, un cantante popular y un actor serio que dio al cine mexicano algunos de los mas grandes melodramas de la historia de este pueblo. Lo mismo interpretará a un valiente hacendado, que a un joven galán citadino, que a un indio que se enfrenta cara a cara con el demonio. – Por su actuación en la película Tizoc (1956), fue acreedor al Oso de Plata del Festival Internacional de Berlín al mejor actor y al premio Globo de Oro a la mejor película extranjera, otorgado por Hollywood-. Como cantante, lo mismo interpretaba un cha cha cha, que una canción con mariachis, que una tonadilla melosa y romántica. Pedro Infante es México, alguien se ha atrevido a afirmar, pues llenaba teatros, estadios y aún el mismo día de su entierro, casi medio millón de personas lo acompañaron a su última morada. Su estilo alegre y carismático cautivó al público, y sus actuaciones valientes y pícaras hicieron que muchas personas de distintas generaciones lo admiraran. Representó al mexicano alegre y enamorado, al charro cantor, al héroe urbano de la clase trabajadora. Aunque también al macho, al borracho, al hijo desobediente y al mujeriego. Se ganó el cariño y la identificación de las clases populares de México y otros países. Entre sus mejores películas –algunas de ellas nominadas en diferentes festivales- se encuentran: Cuando lloran los valientes, Los tres huastecos, La oveja negra, Un rincón cerca del cielo, Pepe el Toro y Los Tres García. Idolo delas masas, aún hoy en día su tumba siempre tiene flores frescas que le llevan sus admiradores. No se pierda este festival de comedia mexicana en el Teatro Gala , patrocinado por el Instituto Cultural Mexicano, que incluye entre otros, tres filmes de estos tres grandes del cine mexicano de todos los tiempos, no hay duda de que se divertirá. “Su Excelencia”, interpretada por Cantinflas, director Miguel M. Delgado, 1967. “El rey del barrio”, interpretada por Tin Tan, director Gilberto Martínez Solares, 1949. “Los tres García”, interpretada por Pedro Infante, director Ismael Rodríguez, 1947.
Octavio Lasañe