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Anoche se llevó a cabo en la Antigua Residencia de los Embajadores de España, un cálido y merecido homenaje al importante poeta nicaragüense Rubén Darío por la conmemoración de sus 150 años de nacimiento.
Con la participación de la poeta nicaragüense Milagros Terán que recitó poemas del autor, y de las profesoras Gwen Kirkpatrick de la universidad de Georgetown, y Alba Aragón de la universidad de Bridgewater -quienes hablaron del legado del poeta, su estilo y su literatura-, la velada organizada por la Embajada de España, la Biblioteca del Congreso y la Universidad de Georgetown resultó todo un éxito y fue un deleite para los amantes de las letras.
Hola Cultura estuvo presente en el evento y en su afán de celebrar a los artistas del mundo hispano, tiene para ustedes un poema que fue leído en la velada-homenaje a este importante poeta centroamericano.
Nacido como Félix Rubén García Sarmiento en 1867, y hoy por hoy mundialmente conocido por su seudónimo: Rubén Darío, este poeta es una referencia obligada del modernismo en nuestro idioma por su obra “Azul…”. Representante de su país en el exterior, ostentando distintos cargos, en su obra se hace evidente su compromiso sociopolítico y una fuerte preocupación existencial. Algunas otras de sus obras fundamentales son “Sonatina”, “Canción de otoño en primavera” y “Lo fatal”. Poema este último que reproducimos a continuación.
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!…
Rubén Darío