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Hablando de minificciones

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Una de las formas literarias más complicadas, y quizá una de las mas ninguneadas, es el relato corto y más corto, aunque casi todos los grandes autores han experimentado con la brevedad de un texto. Escribir corto y conciso nunca ha sido fácil, llegar a ser maestro del género menos aún… Promotores nosotros mismos de esta forma literaria, en esta ocasión presentamos esta reseña en torno a un autor que no sólo fue un fabulista único, sino de uno de los más grandes promotores del cuento corto en América Latina: Edmundo Valadés (1915-1994).

Edmundo Valadés fue maestro rural, reportero, articulista y cronista. Además de editor, jefe de sección cultural y uno de los más grandes promotores del cuento latinoamericano. Cuentista el mismo, fue autor de cuatro libros de cuentos, entre los que destaca, “La muerte tiene permiso”, que reúne catorce piezas cuya temática son la disputa por la tierra, el despotismo, la violencia y por supuesto, la muerte. Los cuentos de Valadés tratan de gente común preocupada por la vida diaria, hombres y mujeres que trabajan mucho, o que envejecen demasiado pronto. Sus textos están escritos con ironía, nostalgia, pero también con gracia y con cierta ternura. Su estilo es popular y está lleno de regionalismos y vivencias, casi siempre con un tono épico.

Como editor fundó en 1964 una de las publicaciones más importantes que se conozcan en Latinoamérica dado que promovía nuevos valores, rescataba textos excluidos, perdidos en libros olvidados, extraviados en la historia de la literatura, traspapelados en los cajones de los escritores de la época. La publicación que dirigió este hombre se le conoció más como una revista de la imaginación, pero se llamó: El cuento. Dónde lo mismo escribía un escritor famoso y reconocido que un autor joven dando sus primeros pasos.

Otra de las facetas de este hombre fue la de Antologador. Dentro de sus antologías, cabría mencionar un libro sinigual y alucinante titulado: “El Libro de la Imaginación” (primera edición 1976), por cierto, una de las mejores colecciones mundiales de textos cortos, y que muchos consideran un pilar para entender el microrrelato. “El libro de la Imaginación” reúne 400 textos llenos de ingenio e invención, un libro de referencia, pero también de cabecera que alguna vez algún crítico describió como un “caleidoscopio de creatividad que concentraba luminosos haces de inteligencia y un sinfín de sorpresas, tomadas de la literatura de todos los tiempos y espacios para colocarlas en un punto estratégico, para un momento propicio”.

Sin duda “El Libro de la Imaginación” colocó a Valadés como uno de los hombres más conocedores del género a nivel mundial, dado que el libro revelaba una cultura global muy amplia y de primer orden. Esta recopilación de imaginación, como su nombre lo indica, reúne micro relatos, brevísimos máximos, ideas y sueños, literatura mínima, usted póngale el nombre. Escritura de corta extensión, pero poderoso mensaje; conjuntos de metáfora, o símbolos escritos con filosofía de fondo; a veces complicadas piezas de relojería, aunque también escenarios oníricos, mundos dentro de un párrafo contenido.

Edmundo Valadés

En la revista “El Cuento”, conocida más como una revista de la imaginación, Edmundo Valadés expresó su interés no sólo en promover el cuento corto, sino en compartir su conocimiento en cuanto a los relatos inmediatos, las historias imaginativas, los sueños circulares y las invenciones luminosas. La revista se publicó por algo como tres décadas y fue la tribuna para muchos escritores de textos breves. En sus propias palabras, el escritor, lo mismo un poeta, un novelista, pero, sobre todo un autor de relatos cortos, era un historiador del alma y sus conflictos.

Edmundo Valadés ha sido reconocido como un experto mundial del cuento ultracorto o minificción. Y su antología: “El Libro de la Imaginación” está catalogada como una de las mejores recopilaciones de minificciones de todo el mundo, y de autores de todos los tiempos. Sin duda un texto indispensable pues atrapa nuestros pensamientos, fácil de leer a cualquier ritmo y en cualquier orden, pues las minificciones son unidades independientes. Recomendable para los jóvenes, incluso para aquellos que están aprendiendo español.

“El Libro de la Imaginación”, Edmundo Valadés. Colección Popular. Ed. Fondo de Cultura Económica 1984

Alberto Roblest