¿Sabías que las mujeres han trabajado como reporteras y redactoras en periódicos estadounidenses en español desde el siglo XIX? Para la década de los setenta, los noticieros de la televisión en español ya tenían presencia femenina. Sin embargo, “era una oportunidad con límites”, dice Mireya Loza, profesora de Historia y Estudios Americanos, y co-curadora de una nueva exposición en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian. De hecho, las latinas en el periodismo no recibían el mismo tiempo, salario o trato. La exposición “¡De última hora!: Latinas Report Breaking News” pone las cosas en su sitio y muestra cómo las primeras latinas en los noticieros aprovecharon la oportunidad y rompieron barreras de género e idioma.
La historiadora Kathleen Franz, curadora supervisora del museo en la división de Trabajo e Industria, notó que la historia de la televisión en español faltaba en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian. Cuando se solicitaron ideas para nuevas exposiciones, se puso en contacto con su colega Melinda Machado, directora de Comunicación y Publicidad del museo, y con Loza, profesora de la Universidad de Georgetown y antes curadora del Smithsonian. Juntas diseñaron una exposición que presenta la historia de las mujeres latinas ante la cámara, de las periodistas que llevaban las noticias a su comunidad.
La exposición “De última hora!: Latinas Report Breaking News” recoge el trabajo de renombradas reporteras y corresponsales; e incluye objetos históricos como cuadernos, credenciales de prensa, y ropa. Es una mirada al mundo que vivieron las periodistas latinas a lo largo de los años, como por ejemplo la historia de Dunia Elvir. Ella era presentadora de noticias de Telemundo 52 en Los Angeles en 2006, año que caminó, embarazada y con tacones, junto a más de 500 000 manifestantes en defensa de los derechos de los inmigrantes. Blanca Rosa Vilches, corresponsal en Nueva York del Noticiero Univisión, vio a las Torres Gemelas derrumbarse ante sus ojos en el 2001. En vez de refugiarse, Vilches permaneció en el lugar de los hechos, informando en directo a la comunidad latina. Además de la historia de Vilches, la colección incluye la de Ilia Calderón, presentadora del Noticiero Univisión, quien entrevistó a líderes nacionales e internacionales y demostró valentía y rigor periodístico al entrevistar a un líder del Ku Klux Klan.
En esta entrevista, Franz, Machado y Loza nos hablan de los obstáculos y prejuicios que enfrentaron las periodistas latinas en la historia de los noticieros de televisión en Estados Unidos, y de los retos y lecciones aprendidas al montar esta muestra de inspiradoras historias latinas.
Melinda Machado: Kathy y yo somos de San Antonio y la televisión en español comenzó en San Antonio, Texas, en los Estados Unidos. También un poco en Puerto Rico. Pero en San Antonio es donde nace, y muy poca gente lo sabe. Eso fue parte de la inspiración porque nosotras somos de allí y conocemos esa historia. Pero, si le preguntas a cualquier fulano dónde comenzó en los Estados Unidos la televisión en español, todo el mundo te va a decir New York, Miami, L.A.; pero no te van a decir San Antonio. Entonces una de las cosas que nos gusta hacer en el museo es presentar estas historias que el público no sabe, y para que la historia correcta quede registrada.
Mireya Loza: Cuando empezamos catalogando las historias, empezamos con todo el mundo: empresarios, camarógrafos, personas que diseñan escenarios, ingenieros. Hicimos historias orales en muchos niveles. Entrevistamos hasta a las secretarías, créanlo o no, si tenían mucho tiempo en una cadena de televisión. Lo que nos emocionó mucho fue cuando un empresario nos dijo que para él era importante tener una voz femenina y una voz masculina. Él entendía, desde el primer momento de armar un equipo de noticias, que las mujeres se conectaban con las mujeres que daban las noticias. él había visto, en las cadenas de ABC y NBC, que no era popular tener una mujer en frente de la cámara. Pero, él quería tener una voz femenina porque entendía que la mitad del público es de mujeres.
Eso se me hizo un momento de aprendizaje muy importante, porque yo había aprendido de la historia en la televisión en inglés: que las mujeres tenían que luchar para entrar en frente de la cámara. Sin embargo, en el primer momento que la cámara se encendió para dar las noticias en inglés, no había una mujer en frente de la cámara. Para mí, era importante decir que, en la televisión en español en Los Estados Unidos, desde ese primer momento, había gente que entendía que tenía que haber un elemento femenino.
Pero, lo que no me había dado cuenta, era que [las mujeres latinas] igual tenían que luchar porque no les daban igual tiempo y siempre debían tener un hombre allí. Además, no les pagaban ni les trataban igual. Así que era una oportunidad, pero una oportunidad con límites. Y ellas agarraron la oportunidad y crecieron como periodistas con esos límites y a veces rompieron barreras. A veces, en las historias orales, contaron momentos en los que enfrentaron retos que sentían que no podían superar, porque el sexismo era feo. Tenían que hacer todo con tacones, peinaditas, bonitas y estar bien arregladas. Los hombres podían tener un traje y cambiarse la corbata. Las mujeres tenían que ser inteligentes, con buena actitud y profesionalismo, pero también y, por encima de todo, tenían que parecer modelos.
Melinda Machado: Y si el público notaba que estaban usando una misma blusa o vestido, escribían o llamaban a la estación: “pero usted se puso esa blusa hace tres semanas.”
Mireya Loza: El público era así también. El público ponía atención y demandaba que fueran mujeres bonitas, inteligentes, bien vestidas y arregladas. Eso me sorprendió mucho porque el nivel del periodismo es tan alto, pero igual tienen ese límite de que “tu lápiz labial tiene que combinar con tus uñas”. El día que abrimos la exposición, vimos que ellas tienen una actitud de apoyarse una a la otra. Eso me sorprendió mucho porque en la televisión en inglés, uno dice, pues es que es la competición, ¿no? Pero, allí ellas veían que eran pocas y tenían que enfrentarse con mucho.
Mireya Loza: Empezamos hace años. Lo que queríamos hacer era armar un archivo y una colección de objetos que documentará la historia de la televisión en español en los Estados Unidos. Empezamos con las historias orales, pidiéndole a las periodistas que trajeran objetos, que nos contaran lo que querían contarnos de su tiempo en televisión. Pero lo más difícil era documentar historias muy, muy buenas, pero entender que sin objetos no se podía hacer mucho, porque ustedes van a las vitrinas de los museos. Si las vitrinas no tienen objetos, a las personas no les interesa tanto. Hemos elegido algunas mujeres para otros proyectos digitales, otros proyectos en el internet que no requieren objetos, porque tienen una buena historia oral. Pero, para la exposición, era esencial tener cosas visuales para que el público las venga a ver en vitrina. Si las vitrinas no tienen nada, pues no se puede.
Melinda Machado: Fue difícil escoger a las periodistas. Nosotras queríamos que cada periodista tuviera una historia con un momento histórico de los Estados Unidos. Y, como somos un museo, debemos tener algo que represente que esa periodista estuvo allí, en ese momento. Había algunos periodistas que tenían [solo] su historia oral. Nosotros necesitábamos fotos, ropa, cuadernos donde ellas habían escrito sus notas de las entrevistas. Entonces, tuvimos que eliminar a las que no tenían nada. Porque sin las cosas no se puede contar esa historia.
Mireya Loza: Para mí, una de las lecciones más impresionantes fue el cambio tecnológico. Antes lo grababan todo en cinta y luego llevaban la cinta a un lugar donde podían enviarla por satélite. Era un sistema muy complicado y el camarógrafo llevaba todo el equipo. Todo el mundo llevaba un equipo muy pesado. En aquella época, no era fácil entrar en Internet y verificar algo. Tenías que verificar algo a través de otras fuentes. Era más difícil, más laborioso. Una camarógrafa que empezó en los noventa me dijo que antes tenía que ser fuerte para cargar con todo eso. Y ahora todo el equipo ha cambiado tanto que simplemente puede llevar una cámara ligera.
Y cuando tenían que dar noticias de lugares lejanos, cuando había terremotos, sucesos inesperados, o acontecimientos políticos en Argentina u otros lugares, las enviaban allí con todo el equipo pesado. Decían que tenían que llevar ropa ligera que no se arrugara. Y no sabían si tenían que llevar la misma ropa dos o tres días seguidos. Eran muy flexibles, resolvían los problemas con rapidez, intentaban hacer todo lo posible para que las noticias de última hora aparecieran en el noticiario de la noche. Querían saber que lo que hacían valía la pena. Imagínatelo.
Melinda Machado: Hoy en día, todo el mundo conoce el telepronter, esa máquina maravillosa que hace que los periodistas saben todo lo que dicen de memoria. Sin embargo, antes de que existiera el telepronter, Martha Tijerina nos enseñó una foto en la que estaba dando noticias, y debajo de ella, por las rodillas, había una persona con un cartel con todo escrito para que ella lo leyera.
Mireya Loza: Antes de que se me olvide, nadie en el mundo en inglés reconocía a Univisión o Telemundo. Ahora, hay una gran diferencia. Ahora, las periodistas latinas pueden entrevistar a un presidente o a un alcalde; antes, no se les daba ninguna importancia. Tenían que pelearse con la gente para entrar en una rueda de prensa o para hacer su trabajo. Porque decían que esos medios no valían, no les daban importancia y no les dejaban hacer sus preguntas. Ahora eso no ocurre igual porque ahora la gente reconoce que hay una población hispanohablante muy grande y que las cadenas más grandes son Univisión y Telemundo. Así que ya no los tratan como antes. Antes, si querían entrevistar a una persona importante, no les daban ni la hora.
Kathleen Franz: Para mí, fue la larga historia de las mujeres en el periodismo. Si tuviéramos más espacio, probablemente habríamos hecho una cronología más larga de las mujeres en el periodismo, por ejemplo las latinas en el periodismo desde el siglo XIX, para que la gente tenga una idea de que no es solo hoy. No es solo, ya sabes, algo que vino después del movimiento por los derechos civiles o después del movimiento de las mujeres. Pero las latinas estuvieron ahí desde el primer momento.
Kathleen Franz: Una de las cosas de las que hablamos fue decirle a la gente que las periodistas latinas escribieron este primer borrador de la historia para muchas diferentes audiencias en Estados Unidos. Otra de las cosas que esperamos que entiendan, sobre todo los que dominan el inglés, es que el español es una lengua estadounidense. Y esperamos que se queden con eso. Y ahora estamos haciendo algunas pruebas de audiencia. Y nuestro mensaje está siendo recibido. Es estupendo.
Mireya Loza: Lo que quiero que la gente aprenda, porque no lo saben necesariamente, es el tipo de mundo y cultura de los latinos. Creo que mucha gente viene con prejuicios machistas. Muchas veces, la gente piensa que no tenemos nuestros propios intelectuales o voces políticas. Estas mujeres llevan más de 150 años captando y produciendo este tipo de material, así que quiero que la gente entienda que, aunque lleguen nuevos inmigrantes de países latinoamericanos, tenemos unas raíces profundas con las que se conectan. Y pasan a formar parte de esta historia más larga.
Mis padres son inmigrantes. Por eso siempre pensé, porque me lo enseñaron en la escuela: “Tu historia está en México, tu historia está en otra parte”. Y ahora pienso, como historiadora, “no, no, no, mi historia también está aquí”.
Melinda Machado: Otra conclusión es que la comunidad confía en estos periodistas para contar sus historias. Y ese es otro punto importante que queríamos destacar. Ellos y los estudios de Nielsen [sobre el público hispano] también han demostrado que, incluso hoy en día, los más jóvenes como ustedes confían más en el periodismo en español que en el inglés. Así que esto es válido para todos los grupos de edad. La comunidad confía en ellos y les cuentan sus propias historias. La comunidad acoge sus noticias y les cree. Pueden confiar en que se les dice la verdad.
Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y brevedad.
– Historia de Michelle Nataren
– Traducido por Natalia Chamorro
1 Response
Gracias a Hola Cultura, por este reportage que da total credibilidad a mujeres latinas que han sido historia en el campo de las noticias en Estados Unidos.