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El orden natural de las cosas es un libro bastante interesante que nos cuenta la historia de los que están aquí y son de otro lugar. A este género se le conoce como la “literatura de la experiencia”, “literatura del desarraigo”, o “literatura del viaje”, según diversos autores. Llámese como se le llame, la verdad es que a pesar de que les pese a muchos, esto no es sino literatura norteamericana escrita en español, o hispana, diría alguien más.
“El orden natural de las cosas” nos presenta la vida de un grupo de escapados y reencontrados -como en la mayoría de los personajes en estos textos- aunque en otro contexto, otra situación, otro idioma y otro escenario. Los seres de estas páginas se saben extranjeros, ajenos a la ciudad en la que se encuentran y en donde a veces se sienten de más, aunque ahí viven y se mueven por el metro, van de un lado a otro, entran y salen de los edificios como seres ajenos al ruido, al clima y a las personas que los rodean.
Fernando Olszanski nos describe con bastante precisión, el sentir de estas personas que no son sino nosotros mismos puestos en papel; y entonces nos identificamos plenamente con ellos, nos vemos en el espejo y tenemos la sospecha de que somos nosotros en esta realidad norteamericana que nos toca vivir día con día.
El orden natural de las cosas, se hizo acreedor al Premio International Latino Award en 2011, por mejor ficción popular. Es un libro con 21 historias que podrían ser la misma, aunque contada por diferentes personas, desde diferentes puntos de la misma experiencia.
Algunos de estos hombres y mujeres son desterrados, otros viajeros, algunos más escapados y el resto simplemente son gente, algunos sin documentos, muchos de ellos con la máscara del desconcierto que implica el emigrar. Los hay de todas las clases sociales y de todos los colores. Lo común es que se las arreglan cómo pueden pues al final de cuentas de eso se trata todo: de arreglárselas, de sobrevivir a toda costa, de llevarla pues, hasta que el sueño se acabe o se realice. Ya sea que nos agarre la migra o simplemente nos dirijamos a la entrada del metro rumbo al trabajo para diluirnos dentro de una multitud como el hombre fuera de foco en la portada de este libro.
Así como existe la Narco-Novela en el norte de México, la literatura McOndo en el sur de América y otros géneros, me atrevería a afirmar que la literatura de la “experiencia inmigrante” en los Estados Unidos es única y particular, y se inserta sin duda alguna dentro de la literatura norteamericana escrita en español, una literatura donde los personajes hablan Spanish como primera lengua, trabajan duro para sobrevivir y en ocasiones se sienten completamente extraños del entorno que lo circunda. La literatura de la “experiencia inmigrante” se publica a lo largo y ancho del país y es sin duda un fenómeno al que no se le ha puesto toda la atención que requiere; ni las universidades, ni las grandes editoriales norteamericanas, pero que en lo particular me resulta un Boom.
Alberto Roblest