By hola | Published | No Comments
Hace aproximadamente dos semanas se inauguró la muestra de Irene Zundel en el Instituto Mexicano de Cultura de la ciudad titulada “Climate Change”, una instalación que en realidad son dos, y versa sobre el tema del cambio climático y la contaminación ambiental.
Irene, con su pieza nos trata de crear conciencia de la problemática que tenemos enfrente, de la necesidad de la eliminación del plástico de nuestras vidas cotidianas. Pero también del mar, del aire y la tierra…
Además de nuestros productos comestibles, de nuestra cocina, de nuestro vestuario, y del resto de todo lo elaborado a partir de derivados químicos del petróleo, o petroquímicos… Lo que significaría buscar nuevas formas alternativas que nos permitan continuar en nuestro proceso humano.
“Cascada de conciencia” es el nombre de la pieza central de la exhibición en el tercer piso del Instituto Cultural Mexicano que siempre nos trae exhibiciones interesantes a la ciudad. El nombre de esta pieza se debe a la cascada de plástico que hoy en día inunda nuestro planeta y se ha convertido en un problema de salud. La cascada, nos dice el artista, evoca la avalancha de desechos que hemos desencadenado, descomponiendo la realidad natural que alguna vez existió.
Zundel nació en la Ciudad de México en 1958. De 1977 a 1981 estudió Diseño Gráfico en Philadelphia College of Art y su trabajo se caracteriza por ser algo más allá que simplemente decorativo. Zundel cree que la concientización del espectador es el primer paso, no sólo para un nuevo cambio de mentalidad, sino de rechazo a las empresas que producen estos materiales. El plástico, como nos explicó Irene en la charla que tuvimos, fue considerado en un momento algo limpio, algo que permitía sustituir al cristal, y a otros muchos otros instrumentos, incluidos los de cocina. Pero esta promesa resultó falsa, fue un falso valor que nos hicieron creer las empresas a través de la publicidad, y de otros medios, hasta convencernos de que el plástico era nuestra única opción para continuar en este mundo. No solamente para guardar nuestra comida en los refrigeradores, sino para los miles y miles de aplicaciones que tiene este producto masificado en los 30s y esparcido por el planeta, de tal forma que hoy en día se encuentra en los automóviles, en las casas, y en la industria, y por ende en casi todo, en nuestra ropa, inclusive…
Y lo peor, como desecho en el mar, sobre todo. Aunque también en las ciudades miseria, y en los tiraderos de basura del mundo, y de ahí a los mantos freáticos de donde tomamos agua. Mientras el plástico en la superficie y expuesto al sol, al ser no biodegradable, continúa su proceso de descomposición por mucho tiempo, contaminando el aire. El color blanco utilizando en la pieza representa la aparente pureza y neutralidad del plástico, a menudo asociado con la limpieza y la modernidad.
Lo más irónico resulta que hoy en día, a pesar de que sabemos el problema que representa y como este producto está llevando al planeta al shock ecológico más grande que se haya vivido en la historia de la depredación. Es tal la cantidad de micro plástico que se ha generado en los últimos 100 años que hay estudios que demuestran que el plástico se encuentra inclusive en los cuerpos de algunas personas y circula por sus venas generando enfermedades. Resulta que los micro plásticos se hallan en los animales que comemos, sobre todos los peces, pero también en algunos otros animales de consumo humano…
Para los interesados en visitar está instalación, visiten el sitio del MCI para detalles y horarios.
Climate Change by Irene Zundel, Mexican Cultural Institute, June 25- 2024 10:00am – to October 24-2024
Alberto Roblest