Carne y Arena – virtualidad fronteriza
Estamos rodeados de cactus, piedras y arbustos que ni siquiera dan sombra, no hay agua para beber en muchos kilómetros a la redonda. De pronto, varios hombres con armas largas bajan de sus camionetas violentamente, un helicóptero arriba revienta nuestros oídos con golpeteos que machacan los sentidos y nos llenan de miedo; de un pánico que está a flor de piel, mientras nuestros pies se hunden en la arena, se mete en nuestros poros y no nos permite caminar. No somos sino figuras petrificadas.
Carne y Arena es una instalación de realidad virtual que nos conduce directamente a la frontera entre México y Estados Unidos, al desierto que existe entre las dos naciones. En esta ocasión el ganador de varios premios de cinematografía en el mundo, Alejandro González Iñárritu, nos lleva directamente a un espacio desconocido y nos permite vivir lo que las personas que cruzan la frontera todos los días se enfrentan, quizá con el efecto de concientizarnos, quizá solamente para permitirnos ser indocumentados por los pocos minutos que dura la experiencia, pero que se hace larga en nuestras mentes, y para quienes la han vivido, eterna para el resto de sus vidas.
En esta exhibición, Alejandro González Iñárritu nos da un ejemplo de las capacidades de la realidad virtual para sumergirnos en otra realidad, una que quizá por fortuna, o por pura suerte no nos tocó.
Estamos paralizados, es la migra y nosotros apenas un puñado de inmigrantes con deseos de superación, con ganas de hacer algo por nuestra existencia, estamos escapando de la pobreza, de la violencia, de la corrupción y la falsedad de nuestros gobiernos y de nuestros países donde no hay trabajo y por lo tanto dinero para comer. ¿Cuál es el delito, acaso seguir existiendo?
Sin muchos cuestionamientos de tipo filosófico, esta pieza es un viaje en el tiempo y en el espacio, y una experiencia multisensorial en la cual por seis minutos somos tratados como criminales; testigos directos además de la barbarie de una policía migratoria entrenada para golpear, intimidar y hacer lo que a ellos se les venga en gana, pues ellos son la ley y la justicia. El sueño de esta gente no es el de volverse millonario, menos aun tener dos casas y tres carros. Nada de eso, estas personas solamente quieren trabajar para poder seguir viviendo, para tener la posibilidad de enviar un poco de dinero a sus queridos en los países sin futuro en los que se han quedado.
La pieza, dividida en tres atmósferas, consta de un salón frío donde uno se entume hasta los huesos y tiene que estar descalzo para vivir la experiencia. La segunda sala es el desierto virtual y la tercera sala son las entrevistas a personas reales que han vivido la pesadilla de cruzar la frontera y arriesgar sus vidas por la necesidad de comer y seguir manteniéndose.
No son ladrones o asesinos como quieren pintarlos. La pregunta entonces no es: ¿por qué se emigra? obviamente lo sabemos. La pregunta es: existe acaso una solución para este grave conflicto que es el de la inmigración de los países pobres hacia los países ricos, donde hay trabajo y por tanto un poco de dinero para seguir en la vida.
CARNE y ARENA se estrenó el pasado mes de mayo en el 70 ° Festival de Cannes como el primer proyecto de realidad virtual presentado en la historia de este evento.
CARNE y ARENA, de Alejandro González Iñárritu. 1611 Benning Road NE, Washington, D.C. 20002. Horario: de 9am – 9pm todos los días, hasta el mes de Junio. Más info.
Alberto Roblest
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very cool nota, felicidades