El arte del tejido a mano es de una larga tradición en países como Guatemala, donde la ropa se caracteriza por sus diseños y sus colores. Regularmente los artesanos colman los mercados con sus productos y ahí venden, principalmente vestimentas, tapetes, juguetes y objetos para el hogar, tanto funcionales como decorativos, aunque en este momento se ha agregado un artículo a su catálogo, dado la pandemia que vivimos; las máscaras cubre bocas, o mascarillas protectoras de respiración. A continuación presentamos una entrevista que los jóvenes de SPEL hicieron via el Zoom, a una promotora cultural y a una artesana del tejido tradicional.
Yolanda Alcorta está a cargo del proyecto “Tejiendo para el Futuro”, una cooperativa de tejedoras Guatemaltecas en el área de Washington DC.
HC: Yolanda, ¿Cuántas personas están involucradas en la cooperativa, y qué tipo de actividades realiza la agrupación?
Yolanda: La cooperativa la iniciamos en el 2015, con eso empezamos a reunirnos y hablar de lo que íbamos hacer. Empezamos con seis tejedoras que conocimos en el trayecto de10 años anteriores al 2015. Por qué sabes, para hacer esto actualmente tenemos que tener una confianza entre nosotras. Yo soy parte de los amigos del Museo Ixchel que es una organización sin fines de lucro aquí en los Estados Unidos para promover el arte y la cultura del tejido Maya de Guatemala. Nuestra meta es ayudar al museo Ixchel que es el museo de textiles en Guatemala.
Iniciamos teniendo una plática con Angélica y otras tejedoras del mismo pueblo de Concepción Chiquilchapa en Guatemala, pero que viven aquí en DC en el área metro. Platicamos sobre tejido y decidimos formar esta cooperativa que se llama “Tejiendo Para el Futuro”, con las metas de crear una comunidad de tejedoras aquí en DC. Muchas de nuestras tejedoras no tejen de tiempo completo, hay veces que tienen dos o tres trabajos además de atender a sus familias etc, Con la formación de la cooperativa iniciamos este proyecto para integrarnos a diferentes presentaciones comunitarias a nivel de la comunidad interior de Guatemala, además de hacer demostraciones en bibliotecas y museos que tenemos en esta área. Iniciamos la cooperativa para darle lugar a la gente que les interesa como se hacen los lindos tejidos de Guatemala, pero que actualmente no tienen idea del trabajo y del arte que se requiere para hacer este tipo de textil, y teniendo esto en mente posiblemente en un futuro dar clases de tejido. Esas serán nuestras metas, además de ver cómo encontrar los materiales por que los hilos son más difíciles de encontrar aquí porque no los hay en la cantidad que se necesitan para un tejido. Entonces con eso en mente seguimos adelante, hemos visto que hemos crecido a través de las demostraciones, y exposiciones que hemos hecho, por ejemplo, en la universidad de Pennsylvania este año abrieron una galería de Mesoamérica allí estuvo Angélica dos días tejiendo y demostrando su arte. Estuvimos en la biblioteca de Gaithersburg hace varios años y tuvimos un día completo de cultura Maya, y todas nuestras tejedoras en ese tiempo en 2017 estuvieron también. Hemos hecho demostraciones con Hola Cultura a través de los años, además hemos participado en mercado y en varias ocasiones en el museo del Indígena Americano del Smithsonian. Hemos tenido bastante éxito con las demostraciones y lo más importante para mí es que las hijas y los hijos de las tejedoras han visto el interés que tiene la gente y se han motivado para que ellos nacidos aquí en los Estados Unidos quieren aprender a tejer, que no es una cosa de un día para otro, así que esa es la meta de Tejiendo Para el Futuro, no es solo crear un mercado, sino fomentar un orgullo entre la comunidad de las que tejen y también del traje típico de Guatemala.
HC: ¿Hablando del futuro en estos momentos de crisis, como le están haciendo, y como han cambiado sus objetivos?
Yolanda: Lo que nos ha costado es reunirnos, porque siempre está alguien ocupado con la familia y el trabajo y todo eso, no estamos en un pueblo, no estamos a dos cuadras de cada una sino a media hora de cada una, entonces esta oportunidad la hemos visto como una oportunidad de ver a donde vamos ahora, cinco años después de empezar. Lo que estamos hablando es posiblemente crear una serie de videos pequeños para ilustrar como es que se hace el tejido desde que empieza hasta terminarlo, también usar la voz de la tejedora, que la tejedora hable de su tejido. Estamos explorando esta posibilidad. Los amigos del Museo Ixchel, Friends of The Ixchel Museum nos han dado siempre un poco de aporte financiero para poder hacer esto.
HC: Y aparte de eso, la comunidad aquí de DC, ¿cómo puede involucrarse para apoyarles?
Yolanda: Bueno, lo que a mí me gustaría es identificar más tejedoras, porque en Guatemala en las diferentes comunidades tienen diferentes técnicas y cada una tiene sus diseños etc. Me gustaría que se unieran más tejedoras a la cooperativa.
Tejedora originaria de Guatemala que en respuesta a la pandemia de COVID19 está elaborando máscaras para cubrir la boca.
HC: Sabiendo que es una tejedora originaria de Guatemala, ¿queríamos saber de sus inicios y cuándo comenzó su carrera como tejedora?
Angélica: Bueno yo empecé a tejer cuando tenía siete años, empecé hacer cosas pequeñas, como una faja, y después, cuando terminé de hacer eso, mi mama vio que yo ya podía hacer el trabajo, y me puso uno más grande con diseños. Como en Guatemala se usa el huipil, entonces ya pude elaborar uno y después empecé a tejer listones. Como a los 15 años ya podía hacer todos los tejidos; huipiles, listones o delantales todo lo que se teje en Guatemala. Llegué a este país a los 17 años. Después de tener ocho años de haber llegado, empecé otra vez a tejer, fue entonces cuando vi que aquí nadie puede tejer un huipil, es rara la gente que puede tejer huipiles. Aquí empecé haciendo carpetas y corredores para la mesa, porque aquí es diferente que en mi país, en mi país solo usan huipiles, se teje el huipil, delantal, o tocado como el que yo tengo.
HC: ¿Cuánto tiempo tarda para completar una pieza o es dependiendo del tamaño?
Angélica: Este para hacer un huipil como ocho horas todos los días, como cuatro meses depende del diseño. Hay diseños que son bien difícil, algunos diseños son más rápido, lo más rápido que puede hacer un huipil es como de cinco meses o de cuatro meses, pero cuando es un diseño un poco más fácil algunos lo hacen en tres meses, pero normalmente se hace como de cuatro a cinco meses. En Guatemala las mamas tienen hijos, entonces se tardan más, aquí se tarda uno en tejer porque tengo que ir a trabajar, entonces vengo de trabajar, tengo que cocinar para mis hijos, voy a recoger mis hijos a la escuela, entonces los tiempos que me dan para tejer es cuando veo televisión. Me tardo como seis meses en hacer un huipil, pero si uno se pone a tejer todos los días lo hace como en tres meses, cuatro meses, pero si se lleva tiempo, porque tenemos que hacer el diseño, y cada hilo va contado, cada diseño, porque si no los cuento no me sale bien, entonces tengo que contar los hilos uno por uno.
HC: Quería preguntarle acerca de las máscaras que está haciendo. ¿Qué es lo más difícil de incorporar en los tejidos para crear máscaras cubre bocas?
Angélica: Si los tejidos se pueden cortar para hacer las máscaras. Puse tres pedazos de tela para cada una de las máscaras. Empecé hacer las máscaras con esta situación que estamos pasando COVID19.
HC: ¿Cómo se podrían conseguir las máscaras, si alguien quisiera comprar una?
Angélica: Me pueden llamar, les puedo dar mi número de teléfono, me pueden buscar en Facebook o le pueden preguntar a Yolanda por el número de la cooperativa, también le pueden llamar a ella.
HC: ¿Qué significa para usted que las nuevas generaciones quieran desarrollar esta habilidad de tejer?
Angélica: Pues significa mucho para mí para salir adelante que nos apoyen. Nosotros somos seis en la cooperativa entonces, estamos buscando que nos ayuden que nos apoyen, eso sería una gran oportunidad.
HC: ¿Los diseños en su ropa tienen un significado, una historia, o cómo es que usted pone esas imágenes en su ropa o en lo que ustedes fabrican?
Angélica: El significado del huipil viene de la naturaleza, por ejemplo, el color rojo es la sangre, en Guatemala los colores que más utilizamos son el color rojo y el negro. El color negro es la obscuridad. Hacemos un diseño con una cruz en medio que significan los puntos cardinales. Todos los diseños que van en el huipil vienen de la naturaleza, animales, gatos y pájaros.
HC: Angélica, ¿nos podría usted decir cuando empezó a tejer aquí en Washington, y si hubo un periodo que dejó de hacerlo, por qué?
Angélica: Yo empecé a tejer aquí como en el 2007. Dejé de hacerlo porque no sabía dónde colocar el tejido. Por ejemplo en Guatemala yo me pongo a tejer afuera de la casa, no adentro de la casa nunca tejemos adentro, bueno rara vez sólo cuando está lloviendo, allá siempre colocamos un palo afuera de la casa porque los tejidos son grandes. Aquí cuando yo vine no lo podía hacer porque las casas son diferentes, y como los apartamentos no son de uno, tenía miedo para colocar el tejido. Hasta que un día me encontré a mi comadre Silvia ella me preguntó que si yo podía tejer, me daba pena decirle que no porque no tenía los palos y no había manera de tejer. Ella me dijo que si se podía y me ayudó, y así pude colocar mi tejido en mi casa. En Guatemala yo hacia huipil, tocados, listones, delantal, pero aquí nadie usa eso. Hasta que un día conocimos a Yolanda y le comenté que yo podía tejer, y fue entonces que ella me dio una idea de hacer tapetes, corredores de mesa que a la gente que vive aquí eso es lo que les gusta.
HC: ¿Dónde puede la gente comunicarse con usted o con Yolanda, por si quieren comprar una máscara?
Angélica: Si Claro mi teléfono es 202-556-5253. Tengo de tres colores me pueden enviar un mensaje y les envió fotos.
HC: Angélica, ¿cuánto cuestan?
Angélica: $15 dólares cada una, porque son de tela de artesanía.
Mario Lara Mandujano
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Me encanto este articulo, que bueno que nuestras tejedoras puedan ayudar con sus creaciones a protegernos del virus, promocionar y preservar su cultura milenaria y a la vez ,darnos la oportunidad de lucir una mascarilla ,bella y fuera de lo común.