By hola | Published | No Comments
Ubicado en la población de Riverside, California, “The Cheech” es apenas un edificio de dos plantas no muy grande, ni muy despampanante, pero que alberga sin duda una de las más interesantes colecciones de arte chicano en California. En la planta baja se puede visitar la colección permanente del museo, o sea la colección que el actor Cheech Marín, en su faceta de coleccionista, atesorò y ha venido acumulado por muchos años.
¿Cheech Marin, el de los ojos rojos y el cigarrillo de mota en la boca? ¿El de Cheech and Chong?
El mismo. Uno es la buena actuación, la comicidad, y lo otro se llama visión. ¿Cuánta obra de artistas marginales se ha perdido en el marasmo del tiempo, el olvido y la intransigencia?
Durante su tiempo fuera de las luces y las cámaras, Cheech se dedicó a visitar los estudios de artistas de origen latino y a adquirir obra. El caso es que llegado el momento y sin darse cuenta ya tenía acumulada una maravillosa colección de arte de muy buena factura.
Según cuentan, en las visitas a los estudios, en las exhibiciones de pintura y en las fiestas de artistas, escuchaba la misma queja; la falta de apoyo, el poco interés por las galerías, la omisión de espacios manejados por latinos, la carencia de curadores de arte chicano, la cerrazón de los museos, etcétera. Así fue como de acuerdo con su gusto y no otra cosa, se dedicó a comprar obra; sin duda para apoyar a los artistas plásticos que a veces se la ven duras, y en otra con el propósito de preservar aquel arte donde el sujeto de la pintura era un brownie; un chicano vamos, un latino pues, en spanglish que caray; pinturas, escultura e instalaciones de varias dimensiones, formatos, técnicas y elementos. Como la pieza en el lobby; una instalación lenticular de tamaño monumental donde se ve la imagen animada de la corpulenta diosa azteca Coatlicue, misma que se transforma en el motor de un Chevy Impala lowrider.
La colección es un excelente ejemplo del arte hecho por los nacidos en el suroeste del país, cuenta con una invaluable colección de piezas dónde lo que impera es la historia del pueblo chicano en áreas de California y de otros estados del sur, claro. Temas como la muerte, la conquista, la atención de los indígenas y los mitos sagrados de los antepasados están presentes, pero también los clichés de los mexicanoamericanos, la cultura popular, los chistes, la sátira política, e incluso los peyorativos aplicados a este grupo social por mucho tiempo marginado y reprimido por la cultura dominante. Desde sus orígenes el arte Chicano se ha caracterizado por ser de corte activista; algunos dijeron alguna vez que era un arte de protesta; de rebeldía; otros afirmaron que sólo se trataba de una profunda expresión de emancipación de un pueblo que sufrió durante décadas del racismo imperante en los Estados Unidos, principalmente durante décadas pasadas.
En la segunda planta de este recién estrenado museo nos tocó visitar una exhibición temporal titulada “Caleidoscopio”, una muestra organizada por The Riverside Art Museum, the National Museum of the American Latino y el Cheech Marin Center for Chicano Art. Curada por Selene Preciado, esta retrospectiva de los hermanos Einar y Jamex de la Torre fue sencillamente alucinante, este duo de brothers experimenta con todo lo posible y a veces con lo imposible. Pintura, escultura, instalaciones, video. Pero también con técnicas tradicionales como el de las cerámicas antiguas, el uso del vidrio soplado, el de las imágenes tridimensionales. Salpicado todo de un humor agridulce, desfilan por nuestros ojos calendarios aztecas, atlantes, corazones rojos, figuras míticas prehispánicas, el efecto de la invasión española, la invasión norteamericana, el sufrimiento de la raza al parejo con la sobrevivencia en un nuevo mundo, la línea, el muro.
Los hermanos De la Torre son sin duda dos de los más grandes artistas chicanos de todos los tiempos, su imaginería es delirante y permite transportamos no solamente en el tiempo, sino en el espacio; nos llevan a la luna en una cabeza Olmeca y de ahí al mito del tiempo en un grano de maíz. Los De la Torre se valen de la cultura popular, de la cultura de las telenovelas, el baile de pueblo y los productos de origen mexicanos como el chile, la papaya y el jitomate, por mencionar, pero también de símbolos como Aztlán, los atlantes de Tula, y no olvidan su gusto por los carros brincadores, la cerveza, el cine mexicano de la época de oro y la Virgen de Guadalupe. Un abrazo hermanos.
Cheech Marin, si bien todos lo recuerdan, es un actor de una larga carrera en Hollywood que ha tenido muchos diferentes roles, y puede hacerla de bueno, de malo y de chistoso. El filme Cheech and Chong hoy en día es un filme de culto y sus personajes todo un símbolo. Desde hace muchos años Don Cheech se ha enfocado en preservar la cultura y promover el arte de la Raza.
“The Cheech”, sencillamente un viaje que nadie debe perderse, especialmente aquellos que viven cerca, o si van a viajar a California, ande pues póngalo en su itinerario.
Alberto Roblest