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Stand Up comedy – a la moda

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Este género de la comicidad ha venido creciendo enormemente y hoy en día tiene millones de fanáticos.

Con el afán de no ver televisión, pues ha llegado a niveles de vulgaridad insoportables, por los últimos años antes de irme a la cama gusto de ver una película en el Internet. Buscando filmes en algunas de las plataformas existentes que no son gratis, claro, pero incluso en las gratuitas como YouTube -que a lo mejor también pronto empieza a cobrar, dado que todo es money money money hasta la desaparición humana-, he notado un fenómeno que me parece interesante, la explosión de stand up cómicos en todas partes, en todos los idiomas, de todas las razas, edades y colores. Redes Sociales, plataformas, sitios que ofrecen material audiovisual. Y digo que ha llamado mi atención pues no era tan común ver a estos cómicos, sino se iba a un bar.

Para los que no sepan, el género “Stand Up comedy”, es básicamente un tipo enfrente de un micrófono diciendo chistes, o palabras en doble sentido, o jugando con el lenguaje, o a veces haciendo chistes racistas de su propia raza. En otras ocasiones simplemente jugando con la problemática política y social del país y del mundo, de las celebridades y los famosos, y en otras sólo divirtiéndose él mismo exponiendo a alguno de sus oyentes, el objetivo es que todo mundo se ría. Como les dije, antes si uno quería disfrutar de estos comediantes sólo podía hacerlo en bares, teatros y otros sitios de entretenimiento. Hoy día llenan arenas completas, auditorios gigantescos.

Algunos de estos cómicos me han parecido divertidos, sin duda, he visto a veteranos y novatos. Simpáticos y antipáticos. Hay algunos que son muy buenos y otros malos y de chistes sosos. Algunos otros sólo han resultado un tanto vulgares pues abusan del chiste sexual, a veces demasiado, y en otra sencillamente se exceden con las palabrotas soeces y altisonantes. Los más acomplejados la agarran contra sí mismos. Obviamente en tiempos difíciles todo mundo necesita una forma de entretenerse, y de reírse a costas de otro, y otros. A veces a espaldas del vecino.

A lo que iba, es que este género de la comicidad ha venido creciendo enormemente y hoy en día tiene millones de fanáticos. Por cierto, habría que mencionar que uno de los pioneros en el género y uno de los primeros en usar palabrotas en el escenario, fue un hombre llamado Lenny Bruce, un genio del Stand Up comedy de mediados de los 60s considerado un maestro. Lenny, a pesar de lo que se diga fue también un fuerte critico social de su época, por lo que fue amenazado y llevado a juicio acusado de pornografía.

La risa es fundamental en nuestra existencia como todos lo sabemos, no sólo porque libera la tensión, el estrés y el coraje, entre otras cosas. Un buen chiste es algo que se agradece enormemente pues nos causa gracia y placer. Hay cientos de libros en torno a ambos temas, incluso algunos muy sesudos textos de psicología y comportamiento.

Así que siempre es bienvenido un chiste inteligente. Amo la risa que surge como consecuencia de un atisbo del idioma, la risa en su plena significación. La comicidad que transgrede el orden y libera los nervios y produce alegría, ese sutil mecanismo que nos transforma en seres libres. La comicidad es palabra y gestualidad, es lenguaje. Quizá por eso no me gusta la comicidad reiterativa, la que produce malestar y ofende por ofender. Como alguien dijo, la comicidad no es un deporte, ni la estúpida repetición de un gesto, no es sólo dinero fácil, no es nada más decir basura insustancial en un micrófono. Para Bruce, la comedia era una forma de concientizarnos, de exponernos a lo escondido a través de la sátira y de aterrorizarnos con el retrato de la condición humana.

Pero bueno, el asunto es reírse en tiempos aciagos, destensar los músculos del rostro y la barriga y pasarla bien que la vida sigue, para eso se hizo la broma, cómo está misma nota que en realidad trata de que se rían de ustedes mismos viéndose frente al espejo como un ejercicio de terapia, para los que se enojen, para los que no les gusta, y para los amigos cómicos. Disfrutemos hasta donde dé y al paso que vamos. Siempre es mejor reír que llorar.

Alberto Roblest

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