By hola | Published | 3 Comments
Un día tarde que temprano la historia te alcanza, te da una cachetada y te baja del caballo; a veces pasa sólo en los libros, en las investigaciones periodísticas, en las tesis de doctorado, pero también en ocasiones como una turba que te juzga y señala tu maldad y tu injusticia, y entonces te grita en tu carota de piedra que fuiste un criminal, un hombre violento, un violador, un abusivo, un ladrón, un torturador, y en síntesis: un racista.
Un listo que por alguna razón logró pasar a la historia y se coló en los libros del lado de los buenos. Y no conforme con eso, en monumento público o fealdad arquitectónica en alguna que otra avenida de determinada ciudad del mundo. Porque en todas las ciudades del mundo hay estatuas a los héroes, a los próceres, a los príncipes, a los seudo estadistas, a los políticos, a los eclesiásticos y a los reyes. La mitad de ellas deberían de ser derrumbadas, bola de maleantes. Bustos de piedra, esculturas monumentales, conjuntos arquitectónicos, glorietas, parques, plazas, que sé yo. Representaciones a la posteridad de tipos vivos que supieron convencer en su momento a todos de su grandeza, de su hazaña, pero también de su mentira y de su impunidad. Tirar de su pedestal a quien hizo daño, causó sufrimiento, provocó la muerte y se enriqueció a costa del dolor de otros humanos, no es otra cosa sino justicia… al menos para eso sirve el presente, para juzgar al pasado de su error.
Tanto la esclavitud como la conquista de América fueron dos actos execrables de la más suprema barbaridad.
¿Conciben ustedes el abuso sufrido por las comunidades americanas bajo el yugo de los Conquistadores? Sencillamente inenarrable, de película gore. Si ustedes no me creen, lean a San Bernardino de Sahagún, algunas de sus crónicas dan fe del abuso, no sólo físico al que fueron sometidos los conquistados, sino el daño moral y espiritual que genera la exclavitud, por generaciones. El esclavismo es aberrante, sugiero darse una vuelta por el National Museum of African American History and Culture en el Mall. Vean esos collares metálicos que se les colocaba a las personas en el cuello y se les obligaba a trabajar hasta que morían. Esclavos africanos como motores de barcos, de mano de obra gratuita en plantaciones, de sirvientes, de esclavas sexuales, niños víctimas de abuso infantil y otras barbaridades, para que continuamos, no tiene sentido. De indígenas americanos reventados como animales en las haciendas de los patrones europeos donde se trabajaba día y noche bajo la supervisión de hombres religiosos.
Uno de los papeles de la historia, además de preservar la memoria, el patrimonio y blablabla, es justamente la de revaluar los hechos acontecidos en la anterioridad, valga la redundancia, a los actores en el script y a lo sucedido desde la óptica del hoy. Esto de derribar estatuas es para muchos un reclamo moral, un acto de justicia retrasada, yo me atrevería a decir que es acto más qué simbólico. Sí, un triunfo sobre el fake news, una respuesta a la impunidad vigente. Un acto ciudadano, un acto de justicia contra ese pasado que se convirtió en hipocresía y que después se convirtió en monumento histórico. Abajo los que no respetaron / respetan los derechos humanos.
Una sugerencia, dejemos los pedestales y sobre de ellos coloquemos arte público real, el hecho por artistas.
En lo que nos concierne, van varias estatuas en el piso o “vandalizadas” con rojo sangre, pintas y grafiti. La estatua de Cristóbal Colón en: Saint Paul (Minnesota), Boston (Massachusetts), Richmond (Virginia), Houston (Texas), Miami (Florida), donde de paso se llevaron a Juan Ponce de León. Las estatuas de San Junípero Serra en San Francisco y otra en los Ángeles también mordieron polvo. En Medellín España, la monumental estatua de Hernán Cortés, amaneció manchada de pintura roja. En este aberrante monumento, el conquistador pisa la cabeza de un indio mexicano y se la aplasta.
Alberto Roblest
3 Responses
Monumentos a Natura, los árboles, flores, perros compañeros, bomberos, profesionales de sanidad y limpieza, al /la maestro/a, las artes, el teatro, instrumentos musicales… y tantas heroicidades cotidianas a las que elevar en monumento Vamos!!
Es sumamente interesante para mí saber que en Estados Unidos de América hay un fuerte movimiento respecto a la Literatura española. Soy un anciano profesor jubilado y me es muy difícil leer letra pequeña en un campo azul con letra blanca diminuta. Tengan piedad de los viejos, gentilmente llamados en mi país, México, Adultos Mayores, por razones obvias cada vez se nos dificulta más y más continuar en esta vida. Gracias por su atención.
Ciudad de México
Hola Mario, gracias por leer nuestros articulos. Intentaremos solucionar el problema de las letras, estamos en eso. Un saludote y lo mejor.