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El Año Nuevo es época de Ángeles, dado que los buenos deseos, la consideración, el resarcimiento, la introspección y la meditación, predominan.
Los Ángeles, son esos seres míticos alados y andróginos, asociados al bien, la mayoría de las veces. Son símbolo de la fe, la esperanza, la luz y el amor. Son los guardianes invisibles que nos protegen, quizá no a todos claro, pero si a una gran parte de nosotros, y a veces nos hacen perdonar, extender la mano a otro, o simplemente salir de la oscuridad. Son seres que tienen la capacidad de volar, transportarse en el tiempo y el espacio, y luchan contra el mal, y la maldad humana, los vicios y las bajas pasiones, la traición y la desesperanza. Son héroes invisibles sin carne ni hueso, pero de dulces facciones, expresiones graves y un gran espíritu.
Los podemos ver en las iglesias, los panteones y los monumentos. Son acompañantes de los niños y de los hombres que injustamente están en la cárcel pagando largas condenas, de los enfermos, los secuestrados, los torturados y en general, de todas las víctimas de este mundo a veces tan irracional, como inhumano.
Las primeras representaciones de ángeles datan de la Edad Media, se mencionan en casi todos los libros sagrados de casi todas las religiones del mundo, y aparecen en la arquitectura, el arte pictórico, la lírica y hasta en la cultura popular. Desde el malvado Lucifer -el ángel caído-, hasta el regordete cupido que nos flecha en el corazón. Desde Ícaro, que robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres, hasta Djibril que aparece en el Koran. Desde John Travolta en el filme “Two of a Kind” (1983), hasta Paul Muni en “Angel on my Shoulder” (1946), sin olvidar la magnífica película de Wim Wenders, “Faraway, So Close”, de l993. Aunque también en la carta número XIII del Arcano Mayor en el Tarot que representa a la Templanza.
Para Carl Jung, son arquetipos del inconsciente colectivo. En el hinduismo y el budismo, son considerados semi dioses y se les llama devas. En la tradición Yoruba se les conoce como orishas. La versión islámica incluye a Harut y Marut. Para los vikingos las valkirias, son aquellos ángeles femeninos que hacían de la batalla un triunfo. Y en el cristianismo, los ángeles son los portadores de las siete plagas.
Hay una ciudad en California que está nombrado por ellos. Han inspirado óperas, sinfonías, populares canciones de rock, malos programas de televisión (“Charlie’s Angels) y por supuesto piezas maestras del arte. Giotto, Raphael, Michelangelo, Auguste Rodin, Rembrant, Max Ernst, Paul Klee, Marc Chagall y muchísimos otros más los han hecho objeto de su obra. Se codean con Dante, Shakespeare, Blake o Mark Twain. Y llevan nombres como Gabriel, Uriel, Abdiel, Ashao, Pedro, Israel, Satan, Mephisto o Beelzebub. Nosotros los humanos, podemos encomendarnos al ángel de la victoria, al de la venganza, al del fuego o al de la muerte. Y a veces, sólo a veces, podemos ver uno en persona dejando un delicioso aroma a perfume en la esquina dela 16th Street y la U, y cuando tenemos mucha suerte, verlos en grupos jugueteando en el parque Malcom X y sonreír.
Regularmente estos seres mitológicos visten de blanco, son asexuados, van descalzos, jamás ríen del todo y a veces llevan un halo que les decora la cabeza, portan unas delicadas alas de color blanco que apenas agitan con el movimiento de sus omoplatos y son eternos… En fin, aquí una selección de ellos, ahora mismo en el más acá.
Fotos de Hola Cultura.
Alberto Roblest