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*LEER DC – Nuestras reseñas de la Biblioteca Pública de Washington, D.C.
Juan José Millás nos sorprende de nuevo con esta magnífica novela en torno el lenguaje, la sintaxis y la lógica del idioma, pero más que nada, en torno a la razón versus la locura.
“La palabra Hombre se mostró tan perpleja como la misma Julia cuando descubrió esa verdad. -¿Estás diciendo que yo, un hombre, no soy un ser humano? -Claro, del mismo modo que la palabra “mesa” no es una mesa ni la palabra “pizza” es una pizza… Quienes confunden la palabra con la cosa, se vuelven locos”.
Julia el personaje principal de esta novela, habla con palabras como si de personas se tratasen, con oraciones completas que se le muestran y exhiben cual vecinos o conocidos. Algunas palabras le piden que las ayude con la pesada carga de su significado, y otras, sencillamente entran en su cerebro invadiendo su mente de significantes para generar pensamientos sin lógica pero con gracia.
Julia es una pescadera, pero también es una autodidacta que se toma muy en serio la gramática y se fascina con ella. ¿Por qué las palabras terminadas en O son masculinas y las palabras terminadas en A son femeninas? ¿Por qué los adjetivos terminados en E son masculinos, pero también son femeninos? Se pregunta.
Frases que irrumpen en el cerebro de Julia que discute con Millas y éste con su homónimo, en una novela de varias lecturas, o lógicas si se prefiere. “La frase permaneció pensativa unos segundos y se acordó de la palabra uñas, que estaba en uno de los vocabularios del manual para extranjeros en el que vivía y cuyo sonido le gustaba mucho. Le pidió a Julia que le sustituyera la palabra alambres por la palabra uñas…”
Millas el escritor que dialoga con Millas el autor de su propia novela en la que una mujer loca les lleva por su mundo y les hace sentarse a ambos a escribir una novela donde ella es quien lleva la batuta de la historia. Millas como autor, como personaje, como el armador de una trama que se escribe con palabras que a la vez son la historia de un autor para quien el lenguaje es el tema.
Millás es uno de los escritores españoles más importantes hoy en día, y alguien que no teme meterse en honduras en algo tan complicado como es hablar del lenguaje y después materializarlo como un personaje en sí mismo. “Le empezó a resultar agobiante saber que estaba rodeada de sustantivos, que ella misma era un sustantivo en la medida en que se trataba de una chica o una joven o una mujer o una pescadera, daba igual, en todas sus versiones era un sustantivo, como la gente que la rodeaba en el metro…”
Palabras y oraciones, vistos desde los ojos de una mujer cuya lógica es diferente a los demás. Una mujer que no le teme a malas palabras, una mujer que a veces no entiende la lógica del mundo que la rodea, una mujer que llega a comprender que a veces las palabras se esconden detrás de la sombra de sus propios significados. Una mujer a quien las malas lenguas le han indilgado el adjetivo de loca, pues Julia vive en su propio mundo. Un planeta armado de palabras, un mundo construido con su propia sintaxis; con comas y puntos en la calle, con signo de interrogación que van y vienen, que se presentan disfrazados, vestidos de fiesta, nombres que bailan en el cerebro de esta mujer obsesionada completamente, atrapada por el idioma.
Una trama de diálogos excepcionales, una ficción que se enfrenta a los límites de la realidad; una escritura indecisa que no sabe entre lo verdadero y lo falso. Un homenaje a la lectura y al idioma español. Por supuesto al entendimiento y a la lógica de los poetas. ¿No es acaso un poeta un loco que habla con las palabras, que las construyen y las destruye en la medida en que las conforma para darles un nuevo significado?
“La mujer loca” es una magnífica novela en torno al idioma, quizá un homenaje, quizá un embrollo literario, en fin. Una historia de locura inteligente dentro de los límites de la ficción.
“La mujer loca,” Juan José Millás – Seix Barral, Barcelona, 2014 – 238 páginas
– Alberto Roblest