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Para Aquellos que disfrutaron del eclipse anoche, aquí un ensayo de uno de nuestros colaboradores.
El hombre primitivo al evolucionar y convertirse en brujo, hechicero o curandero [es decir los antecesores de los psicólogos, médicos, psiquiatras y farmacéuticos] decían comunicarse con los dioses y entre ellos, con los que habitaban en la luna, mediante diversos rituales, logrando su máxima interacción cuando “causaban de manera intencional” un eclipse.
Los elementos de la naturaleza han atraído al hombre desde tiempos primigenios, no sólo por la incapacidad de controlarlos, sino por la ignota explicación de su origen. El sol, la luna, los rayos, la erupción de los volcanes, el trueno los terremotos, maremotos y tormentas. Casi todos los fenómenos catastróficos causados por movimientos telúricos y/o tectónicos fueron explicados por nuestros ancestros, apelando al pensamiento mágico/religioso. Dichos fenómenos naturales de índole destructiva eran causados –según su explicación- por seres sobrenaturales que mostraban su enojo en contra de ellos. Para lograr su calma y aplacar la ira de la naturaleza, el hombre primitivo realizaba una serie de rituales, desde los más simples como ofrecerle frutos o animales muertos, hasta sacrificios humanos para los cuales las doncellas, bebés o niños eran los elegidos de manera preferente.
Es decir que la luna ha generado gran atractivo en el ser humano desde los inicios de la humanidad. Al transcurrir el tiempo, las diversas creencias acerca de la luna y sus misterios, siguieron causando influencia en los diversos quehaceres de la vida del ser común y corriente. Concebían por ejemplo, que la luna podía originar en las personas cambios en su estado de ánimo, actividad sexual y hasta en sus procesos mentales. Creían que la luna en sus diversas fases de transición, es decir luna creciente, llena, menguante y luna nueva, podían influir en los afectos, sentimientos y emociones de manera tan significativa que podrían inclusive intervenir en generar enamoramientos, elevar la cantidad de agresiones y violencia en individuos y/o en diversos grupos humanos.
Inclusive existen creencias en diversas culturas, que el nacimiento de un bebé, en determinada fase de la luna podía causar pigmentaciones en la piel, llamados “lunares”, o también causar aquellos lunares rojos y de grandes dimensiones que en algunas personas logran cubrirle relevantes zonas de su rostro a los cuales en doméstico lenguaje le llaman “beso de la luna” y los más incisivos le denominan “cachetada del diablo”. Existen culturas incluso que persiste la creencia que la luna tiene relevante influencia en el futuro temperamento de un bebé, si es que éste nace en un determinado estado facial de la luna.
Para explicarse el origen, contenido, forma, distancia, es decir los misterios y propiedades de la luna el hombre ha recurrido a la religión [la cual es uno de los aspectos de la fantasía y/o de la imaginación para explicarse o adaptarse a la realidad del mundo]. Los habitantes del incanato en el antiguo Imperio incaico, Perú, llamaban “Quilla” a la luna y era una de las deidades del firmamento. Para la cultura Maya, la luna influía en lo emocional, además de purificar el agua; éste astro viene representando lo femenino de la naturaleza y/o del firmamento. Bajo su sombra los nacidos con esta energía no son seres estables, según la cultura Maya, no pudiendo ser por lo tanto militares de alta jerarquía, pues no son confiables, dado la polaridad de su estado de ánimo.
Para los egipcios, la luna era llamada “Jonsu” y formaba parte de la tríada de Tebas junto con sus padres Amon y Mut. Asi “Jonsu” era la placenta real que envolvía al rey protegiéndolo dentro del seno materno. Se entiende entonces que el soberano era el sol y la placenta se asociaba con la luna. En otras culturas como la sumeria, la luna se le llamaba en masculino “Nosu” o “Viajero”, por su aspecto de dios lunar celeste, el cual recorre el cielo de noche. En la mayoría de las culturas la luna es designada en femenino.
El hecho de haber considerado a la luna como una diosa, con sus propiedades y misterios, ha originado que el hombre haya dado rienda suelta a su imaginación creando teorías, hipótesis, o fantasías que han fundamentado a la vez obras de arte diversas. El tema de la luna ha inspirado la producción de arte, predominante de dos de la expresiones artísticas más difundidas, me refiero a la pintura y la literatura.
Por el siglo II hubo un escritor griego llamado Luciano originario de la ciudad de Samósata a quien le atrajo el tema de la Luna de manera tal que lo inspiró a escribir una novela corta denominada: “Historia verdadera”, donde idea un viaje a la Luna en un barco arrastrado por una providencial tromba de agua, y en consecuencia de lo encrespado del mar, eleva la embarcación hasta la luna. Estando allí, entre otras maravillas, puede observar a los selenitas, los cuales eran seres sumamente inteligentes, con ciertas características muy especiales. Por ejemplo, no tienen ano, y han logrado desarrollar una tecnología tan avanzada que hilan los metales y el vidrio para hacer vestimentas. Ellos tienen una extraña alimentación, beben zumo de aire, y su mayor particularidad es quitarse y ponerse los ojos. Pero su mayor rareza es que son los varones los que se embarazan y no las mujeres y en consecuencia son ellos los que dan a luz. Los matrimonios son por ende, entre varones. Durante su permanencia en la luna –describe Luciano de Samósata en su obra- es que logra presenciar una gran disputa entre los caballeros de la luna y del sol y visualiza la primera guerra entre ellos, entre los caballeros buitres y lacanópteros del emperador selenita Endimión, el cual es un personaje muy inteligente, que su pueblo ama y respeta. La batalla la Libran contra los caballeros hormiga del solar, llamados Faetón, su nombre deviene por lo característico de sus monturas construidas de un extraño material que les permite elevarse y hasta desaparecer por momentos.
Esta obra literaria podría considerarse desde el punto de vista de una exégesis literaria por su estilo como la primera obra de imaginación-pura-especulativa de la literatura universal. Luciano es pues uno de los creadores que se anticipa a la ciencia ficción y da rienda suelta a su imaginación, anticipándose a Verne y a los demás celebérrimos escritores posteriores.
Otra de las obras de Luciano con igual contenido selénitico, es el “Icaromenipo”, donde el personaje central es uno de sus colegas filosófos de la época Menipo de Gadara, el cual consigue volar con un ala de águila y otra de buitre desde el monte Olimpo a la Luna. Al llegar a ella la encuentra habitada por espíritus. Cuando Menipo decide volar hasta el Sol, los dioses, enojados por su atrevimiento, le roban las alas, por lo cual el después de una serie de vicisitudes logra retornar a la tierra.
Otro de los autores que se han ganado un lugar preferencial en la lista de escritores acerca de este celebérrimo astro -la luna- es Dante Alighieri. Por 1321 él escribió su célebre obra la Divina Comedia. Dante viaja por diversos círculos y por una misteriosa nube es elevado hasta la luna donde allí encuentra las almas que no han logrado cumplir “sus votos de vida” cuya característica principal es que son como imágenes reflejadas en un cristal ó como en agua limpia.
Ariosto, es otro de los escritores de la antigüedad que también dio rienda suelta a su imaginación legándonos su fantasía a través de su obra “Orlando el furioso”. Su personaje central es Astolfo, el cual viajando en un hipogrifo, logra llegar a la luna en la cual se halla con innumerables sorpresas, siendo una de ellas el hallazgo de todo lo que se pierde aquí en la tierra es absorbido por la luna. Allí encuentra los suspiros que dan los amantes ante la ausencia de su amada, los proyectos inútiles, y también los proyectos perdidos, fracasados o simplemente no realizados. Los sueños que tiene la gente y que no logran convertirse en realidad, los objetos perdidos…
Los escritores han ideado dentro de sus obras una serie de aditamentos, aparatos o circunstancias que han utilizado como medios para conducir a sus personajes a la luna, así tenemos olas del mar que en una intensa turbulencia elevaron a una nave marítima a la luna, animales fantásticos como los “hipogrifos”, raros gases, balas conducidas lanzadas desde la tierra, u aparatos como los ideados por Orson Wells o Julio Verne. Inclusive han sido utilizados elementos extraídos de la Cristología.
Así tenemos que Johannes Keple en 1634, escribió una obra llamada “El sueño”en la cual el personaje central Duracotus, es transportado a la luna por unos demonios. La imaginación de este astrónomo describe que estando en la luna descubre el origen de los cráteres lunares, que por su calidad de astrónomo los había observado a través de sus telescopios desde la tierra, los causantes de estos accidentes en la superficie lunar son unos seres, los pripolvani y los subvolvani los que los construyen como viviendas.
Uno de los escritores de mayor resonancia fue Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac, más conocido simplemente como Cyrano de Bergerac. En 1657 escribió una obra considerada por la crítica literaria como la primera obra de ciencia ficción, Esta consta de dos partes: “Historia cómica de los Estados e imperios de la luna” y la segunda parte, “Historia cómica de los Estados e Imperios del sol”. En ambas obras el autor asevera de manera tácita, haber viajado a la luna en base a una máquina impulsada por unos elementos similares a los actuales cohetes pero cuyo combustible era el agua. El refiere de manera satírica que en la luna está situado el paraíso terrenal, y además pudo conversar con el profeta Elias. La luna –dice el autor- la habita una civilización de hombres gigantes que andan a cuatro patas, similares a los animales terrestres y leen con las orejas. Dichos habitantes al verlo en su caminar diferente y en su morfología humana rara para ellos, le confunden con un animal y le encierran en un zoológico donde se encuentra con un díscolo escritor que ya se hallaba preso un buen tiempo, y que había sido confundido en similares condiciones. Narra Cyrano que los habitantes de la luna tienen un modo de vida a veces, totalmente distinto al nuestro, incluso chocante y, en otras ocasiones, idéntico al nuestro, lo que le permite al autor exponer, indirectamente, los límites de lo absurdo de la condición humana. Este viaje imaginario es, ante todo, un pretexto con el que Cyrano expresa su filosofía materialista y hacer una crítica de la sociedad y las ideas y creencias de la época. Los dos relatos fueron publicados a título póstumo, pero forman parte de la filosofía que rigió su vida. Los escritores que usan esta temática, la luna, describen a sus habitantes de acuerdo a las limitaciones de la época y basados en su fantasía. Así tenemos que en 1788 el escritor August Burger, refiere haber realizado un viaje a la luna mediante una habas mágicas que lo elevaron y transportaron habiendo conocido a los selenitas los cuales eran unos seres tan raros que la parte más importante de su cuerpo radicaba en su tórax, y que podían quitarse a voluntad su cabeza.
Edgar Allan Poe en una de sus obras en 1844, describe como su personaje central llega a la luna utilizando un globo lleno de gas extraído de una sustancia llamada el azoe, cuya mayor propiedad además de ser incoloro e inodoro, es que es cerca de 47 veces más ligero que el gas hidrógeno, lo cual le otorga una serie de ventajas sobre los demás gases conocidos en la tierra hasta ese momento, permitiéndole llegar a la luna.
El genial Julio Verne en su novela “: De la tierra a la luna” usa para la trasportación a este misterioso astro una bala de cañón gigante, la cual es lanzada hacia la luna desde Florida, USA, en su interior lleva como pasajeros a un ingeniero norteamericano y a un aventurero francés. Pero la trama de la novela se desarrolla en que durante el viaje los cálculos fallan y no llegan a la luna y tienen que retornan a la tierra. En la segunda parte de la obra, después de corregir los correspondientes errores anteriores logran viajar alrededor de la luna observándola de lejos y narrando la belleza de sus paisajes.
Pero uno de los escritores contemporáneos que ha causado mayor resonancia con sus obras es el autor británico Orson Wells. No solamente ha sido considerado uno de los escritores, de mayor relevancia en el habla inglesa, sino también uno de los mejores actores, productores y directores cinematográficos. En su novela “Los primeros hombres en la luna”, [1904] en el cual el combustible utilizado para transportar a los viajeros interespaciales es la cavorita, siendo este un producto inventado por un excéntrico científico Cavor cuya propiedad fundamental de esta sustancia era anular la fuerza gravitatoria y que los objetos pierdan su peso. Dentro de una esfera hueca y usando la cavonita viajaron los protagonistas de dicho viaje. En la luna se encontraron con unos insectos inteligentes que al conocerlos y trabar amistad con los protagonistas de la novela, van planeando mediante diversas estrategias ir recabando de manera clandestina información de la manera de vivir de los humanos, usos y costumbres, con el objetivo de invadir la tierra.
Orson Wells a los 23 años con su obra radiofónica “La Guerra de los Mundos” logró fama nacional dado que al ser irradiada en los Estados Unidos los radioescuchas pensaron que eran noticias reales referente a la invasión de la tierra por seres extraterrestres, habiéndose movilizado la policía, las instituciones sociales y publicas y hasta parte de la Guardia Nacional. Inclusive el impacto fue tal que hubieron accidentes automovilísticos, y fugas de la ciudad de parte de familias enteras.
Pero la luna no sólo ha despertado la inspiración a escritores de ciencia ficción, sino también a poetas y artistas de diversa índole cuya temática será motivo de otro artículo.
Riccardo Vacca-Rodriguez