By hola | Published | No Comments
Hay gustos para todo. Hay a quienes les gusta desmitificar las cosas y en eso se la pasan, unas veces aciertan y otras no. Por ejemplo, afirman que la creación de la fábula del unicornio se debe a la existencia del rinoceronte, y no al supuesto animal silvestre habitante de la India por allá del año 400 AC.
Esta criatura mitológica, para quienes no lo recuerden, es un hermoso caballo blanco con un cuerno en la frente, mismo que en la Edad Media se pensaba tenía propiedades curativas, y hoy los psicólogos le encuentran nada sino connotaciones sexuales de una mentalidad reprimida.
La historia fue más o menos así. Algún europeo de viaje por África se encuentra de frente con un rinoceronte y brinca de espanto al ver a aquella “bestia” de gran masa, ojos tristes y actitud gruñona, pero además con un cuerno en la parte superior del hocico. Un animal pesado, de piel gruesa y extremidades cortas. Un animal feo, de gran boca y maneras toscas. Un ser al que le gusta vivir en el lodo, un ser oscuro… ¡pero con un cuerno! Sin duda un animal único.
¿Han ustedes jugado al teléfono descompuesto; donde alguien le dice a otro, al oído, una palabra y este a otro, y así sucesivamente hasta que el concepto se desvanece y deviene en otra cosa? Pasó lo mismo, el mito del hermoso y bondadoso animal blanco, no es sino una distorsión del gordo, torpe y nada heroico rino; nuestro hermano y coterráneo hoy en día en gran peligro de extinción.
Basta de cuentos de hadas, enfoquémonos en lo que es real y aunque no sea bello: salvemos al rinoceronte… y al planeta.
SERIE: RINOCERO por Alberto Roblest. Digital Prints