By hola | Published | No Comments
La fama no siempre llega en el momento que la esperamos, a veces llega tarde, la fama es un estamento que nos separa de los demás y nos rodea de un aura de luz que no se apaga… En esta ocasión tenemos el gusto de honorar a un maestro de la música folk recien fallecido, Sixto Diaz Rodríguez (1942-2023), un hombre que llegó a ser una estrella en África por sus canciones de libertad y protesta, pero un autor casi olvidado en su propio país… aquí la historia.
Tuve la suerte de conocer al maestro Sixto Diaz Rodríguez en la Ciudad de Washington, D.C. después de uno de sus conciertos y desde un principio me di cuenta de que estaba frente a un genio.
Sixto Diaz Rodríguez, nació en julio de 1942 en el seno de una familia de la clase trabajadora, en la ciudad de Detroit, Michigan; hijo de un inmigrante mexicano y de una indígena nativa americana que lo formaron en la modestia y el trabajo. Como su propio nombre lo indica, el artista fue el hijo número seis de la pareja, desafortunadamente el futuro artista perdió a su madre a la edad de tres años, razón por la cual le tocó tener una vida muy difícil y llena de penurias. Desde muy joven le gusto leer, y estudiando filosofía empezó a tocar la guitarra y ya para los 16 años era un maestro. Sixto Rodríguez, o el Sixth Prince, fue compositor, músico y cantante, sus temas se basan en vivencias reales, destacando la segregación racial, el abuso a las mujeres y el uso de drogas, aunque también fue un pacifista que se opuso a la guerra en Vietnam. Su carrera musical profesional surgió a principio de los 70s, por ese tiempo fue invitado a hacer una gira artística por África del Sur, Australia y Nueva Zelanda, teniendo mucho éxito, aunque no económico, ya que siendo un hombre que creía en la buena fe de las otras personas, nunca pensó que lo estaban defraudando, y que sus ganancias estaban yendo a otro bolsillo, obviamente al del seudo representante y contratista. A su regreso a los Estados Unidos, repentinamente, todo pareció cambiar pues ya nadie lo llamaba y viéndose presionado por la necesidad económica, decidió ponerse a trabajar en la construcción, para sacar adelante a su familia, por ese tiempo compró una humilde vivienda por medio de un remate gubernamental por 50 dólares, lugar en el que vivió hasta el final de sus días, por esas fechas de vez en cuando tocaba en un pequeño lugar lleno de humo, donde cantaba sólo con su guitarra y dando la espalda al público, ya que era un hombre muy tímido. Nunca fue dueño de un teléfono o una computadora, su vida fue muy sencilla. Debido a su falta de recursos casi perdió la vista pues no pudo hacerse una operación que necesitaba. Aun teniendo una existencia tan mala, siempre estuvo interesado en ayudar a los otros en su entorno, por lo que varias veces lo propusieron para algún puesto público, aunque sin ningún éxito. Mientras todo esto sucedía, nunca se imaginó que, en Australia, Botswana, New Zealand, Rhodesia y South Africa era tan popular como el mismo Elvis Presley o los Rolling Stones.
Lo que estaba pasando era que su disquera le había robado sus derechos de autoría, impreso millones de discos y sacado ganancias espectaculares, todo bajo la mesa. Como la fama es severa, el público exigía la presencia de Sixto, pero debido al fraudulento negocio que tenían montado a sus espaldas, mintieron a sus fanáticos en otros países y dijeron que había muerto por exceso de drogas, que se había suicidado, que un vicioso le había vaciado la pistola en una pelea, cosas como esas que eran completamente falsas, todo para quedarse con el fruto de su trabajo musical.
Mientras en los USA ganaba el salario mínimo, tampoco se imaginó que su música era un himno a la libertad; inspirando a muchos jóvenes para ganar la revolución encabezada por Nelson Mandela en 1980. En un punto previo al triunfo del prócer africano, la música de Sixto Rodríguez fue prohibida por los militares gubernamentales, copias de sus discos ardieron en la hoguera. Su estilo musical fue conocido como “Pshicodelic Folk Rock”, aunque también como musical contestataria, de encuentro y protesta. Entre sus canciones más populares destacan: Sugar Man, Street Boy, Crucify your Mind, Cause, Coming from reality, Can’t get away, I wonder, Hate street dialogue, entre otras muchas.
Pero el talento es el talento y un día alguien lo reconoce, así que nunca soñó que en el año 2012 su vida cambiaría por completo, ya que un productor suizo nombrado, Malik Bendjelloul y un periodista musical de nombre Craig Bartholomew Straydom decidieron saber que había pasado con Rodríguez, entonces decidieron hacer un sitio web, para saber si alguien lo reconocía y fue por este medio que la hija mayor del cantante los contactó y fue así que lo encontraron, después de esto, decidieron hacer los tres juntos varios recorridos por los países donde nunca le olvidaron y seguía siendo toda una celebridad, teniendo mucho éxito económico; pero como era su costumbre, casi todas sus ganancias las donó a los pobres de África del Sur, en dos ocasiones, también se presentó en Europa y a su regreso a los Estados Unidos dio varios conciertos. El productor que logró rescatarlo del anonimato le propuso hacer un documental sobre su vida, el cual se llevó a cabo y terminó llamándose “Searching for Sugar Man”, el cual se hizo acreedor a muchos premios internacionales importantes, también apareció en varios programas televisivos a nivel nacional, fue condecorado con un doctorado en letras por la Universidad de Wayne State en Detroit Michigan.
Después de mucho trabajo pudieron disuadirlo a que demandara a su ex jefe y representante, Clarence Avant, dueño de la compañía disquera llamada, “Sussex Records”, ganando el caso después de una muy exhaustiva investigación criminal. En una ocasión le preguntaron que si guardaba rencor contra las personas que le robaron y él sonriendo sólo dijo: “yo estaba listo para el mundo, pero el mundo no estaba listo para mí… sólo estoy muy agradecido de que mi vida haya cambiado, por lo mejor, es como si me hubiera ganado la lotería”.
“Searching for Sugar Man” ganó el premio en la categoría de mejor documental en los 85 Premios de la Academia. Rodríguez se negó a asistir a la ceremonia de premiación porque no quería eclipsar el logro de los cineastas si subía al escenario con ellos.
Descanse en paz Sixto Rodríguez, sin lugar a duda un personaje, un gran artista, pero más que nada un ser humano lleno de talento, compasión, sinceridad, perdón y amor al prójimo.
Gloria Valdés
Gloria Valdés ‘Tarasca” (Michoacán, México). Artista visual autodidacta, su técnica es el aceite sobre la tela de algodón. Por muchos años ha trabajado en un proyecto de retratos de personalidades; para a través de su trabajo, reconocerlos. Su principal motivación es la de inspirar, informar y entretener a los espectadores. Si desean ver algo más de su trabajo, en este Link.