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Desplazados del mundo

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“La calidez de otros soles” es un evento multimediático puesto en escena en el Phillips Collection. Reúne, además de obras artísticas, piezas de corte documental. Incluye fotografías tomadas por periodistas, entrevistas en video, pero también performances, esculturas, pintura y video experimental. El tema de esta exposición versa en torno al candente y actual tema de la migración masiva, el desplazamiento y  la sobrevivencia. Pero también la experiencia de vivir en otro país y en otro idioma, ser ilegal. Las razones son casi las mismas: pobreza, violencia, miedo a la muerte, falta de empleo, un deseo de salvación, un sueño a seguir, la posibilidad de dejar algo a los hijos para el futuro… y las historias se repiten. De acuerdo a las estadísticas de diferentes organismos internacionales, entre 60 millones de personas se han desplazado de un lado a otro del planeta en menos de 20 años, millones más se encuentran refugiados y algo como 4 millones buscan asilo. Se habla incluso de una crisis humanitaria de proporciones inconmensurables; se sabe en los círculos académicos que es una de las más grandes crisis que nos esperan en este siglo, sin mencionan claro al calentamiento global y su co-relación. Se piensa en soluciones abstractas y egoístas como construir un muro, abandonar a las personas en el mar, usar soldados, crear campos de refugiados, centros de detención, hornos nazis, etcétera

La migración, parecen decir muchas de las piezas en “La calidez de otros soles”; más que la escasez de recursos, el aumento de la violencia, la corrupción, el atropello y la represión, fue y será el colonialismo vigente en sus diferentes modalidades. Así que cuando los europeos se preguntan con caras impávidas que hacen todos estos morenos pobres llegando a nuestros países, deberían saber que ellos son los culpables directos de la situación. Y qué en lugar de ofenderse y aterrorizarse, deberían cambiar las formas coloniales capitalistas de los países desarrollados hacia los países pobres.

Vertigo Sea, de John Akomfrah es una pieza realmente impactante y poética. El artista mezcla material visual de la esclavitud en África, con imágenes de relojes en la arena y seres sentados en escenarios llenos de cosas, cosas viejas amontonadas como basura. Y esto, con la migración de los osos polares y las condiciones extremas a las que se han enfrentado Desde cuando los cazaban brutalmente y su realidad de hoy con un polo norte que se hace agua. Las imágenes llegan a ser realmente sublimes y son tan explícitas como implícitas. Un excelente uso de la proyección en tres pantallas.

-¿Qué opción tenia señor?- dice una mujer en uno de las pantallas de televisión en las paredes- ¿matar a mi familia o arriesgarme? ¿Desde cuándo es un crimen querer sobrevivir?

Algunas obras son básicamente documentales, como la de Chantal Akerman, en la cual nos encontramos en la casa de una familia que ha perdido a sus hijos en el intento de cruzar el desierto hacia el sueño americano. Lugares áridos dónde es imposible crecer nada, un entorno de polvo y el muro dividiendo a los dos países. La muralla, la nada, pero también la inmensidad del vacío, lo agreste del mar y del desierto, estos parecen los elementos convertidos a símbolo en varias de las piezas.

En una foto observamos a una familia de desplazados mayas, los tres chiquillos en el grupo se encuentran impávidos y uno de ellos viste una camiseta con una bandera norteamericana con la palabra amor en el slogan.  Huir, no importa, lo mismo a pie, que en un barco de papel. Las causas van desde que la tierra no da para más, dado que se ha convertido en desierto, y de la falta de agua y lluvia, a las amenazas de muerte de la banda criminal en turno en el poblado, el barrio, el país.  Sin duda, el tema de la emigration-immigration, el In-Out, futuro-no futuro como dice una de las obras, es un problema que nos concierne a todos.

Con la participación de 75 artistas de Algeria, Bangladesh, Belgium, Brazil, Egypt, Ghana, Iraq, Lebanon, Morocco, Palestine, Syria, Turkey, UK, Vietnam, Mexico y USA. “La calidez de Otros Soles” incluye obra de artistas reconocidos de la talla de Mark Rothko y Diego Rivera. Pinturas de nietos junto a sus abuelas unidos a través del tiempo y el espacio gracias a la magia del arte. Dibujos como memorias, esculturas como expresión del desarraigo, instalaciones, piezas luminosas y vídeos conforman el material.

En una obra de Guillermo Arias, un grupo de inmigrantes Centroamericanos intentar subirse a un vehículo en movimiento para ponerse en camino hacia su gran viaje. En la sala próxima nos encontramos con ropa en el piso, dejada por sus dueños o sencillamente abandonada por hombres difuntos en pos de un sueño: salir de la pobreza, comer, tener futuro.

Podría pensarse que “La calidez de Otros Soles” es una exhibición con un feeling triste, por supuesto no lo es, como alguna persona comentó en una de las salas, aunque otra más se quejó de que el Phillips Collection tuviera un evento como tal. Esto es: una exhibición tan politizada, informativa y crítica como resulta “La calidez de otros soles”.

Entre las pieza un tanto juguetonas y optimistas, se encuentra la instalación “Don´t Cross the Bridge Before You Get to the River” de Francis Alÿs. La obra cuenta con tres elementos, un video, unos barquitos y un espejo. En el video dos grupos de niños con barquitos hechos en chancletas y zapatos viejos, intentan cruzar el estrecho de Gibraltar –parte donde África se acerca a Europa-. Para este proyecto se les preguntó a un grupo de niños en Tangier Morocco y a otro en Tarifa en España, en crear sus propios botes para cruzar el océano. La intención de la pieza, según el artista, es la de crear un puente humano entre los dos continentes.

 A los desplazados se les pinta primero como criminales, después como una amenaza. La llaman la toma del tercer mundo, la invasión de la pobreza, la barbarie hambrienta, la huida hacia los países económicamente mejor desarrollados para la subsistencia. Sólo una cosa y creo que eso lo sabemos todos aunque nos hagamos: ni un muro, ni dos y menos un millón de soldados podrán frenar el avance del hambre. ¿Qué sigue: ciudades amuralladas como en la Edad Media, torres de vigilancia con robots y metralletas? ¿O mejor aún, lagartos en canales de agua para proteger las ganancias?

THE WARMTH OF OTHER SUNS, Stories of Global Displacement. The Phillips Collection, June 22 – September 22, 2019

Alberto Roblest