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De nuestra gustada sección Leer DC: los libros de la Biblioteca Pública de Washington. En esta sección reseñamos los textos en español que usted puede encontrar en los estantes de la biblioteca y están a su alcance.
Publicado por la editorial oaxaqueña “Almadía”, Ciudad Tomada es un libro de interesante diseño, pero más que nada buenas historias. Como su título lo indica, estos once relatos suceden en el ámbito urbano; la calle, los edificios, el parque, pero también el zoológico municipal, el paraíso, un laberinto y un rascacielos; habitante este último de las nubes en un cielo azul muy grande, y muy extenso, desde el que no puede verse la tierra donde se asienta, un enorme edificio, de grandes ventanas. “Había una terraza en el trigésimo piso sometida por entero a los caprichos del ocaso, un refugio donde la vastedad del día que tocaba a su fin podía explayarse en sus múltiples y cambiantes matices”.
De la multitud, un hombre, quizá uno de los vecinos de este rascacielos, despierta una mañana en su departamento odiando todas las cosas que lo rodean y de las mismas cosas que se deshace pronto, sólo para descubrir que el vacío necesita ser llenado con otras nuevas cosas, para sí mismo eventualmente aburrirse de ellas en un círculo de consumismo y vacío que lo inunda y lo acongoja. Una mujer que sin poder bajarse, viaja en el metro, o más bien, sueña que va en el metro, un tren semivacío corriendo por túneles laberínticos, deteniéndose para continuar por estaciones que no reconoce. “En toda ciudad, si se quiere que sea perfecta, ha de existir un motivo de remordimiento y de miedo”.
Con una escritura elegante y concisa que nos lleva por sucesos inesperados, este libro de Mauricio Montiel Figueiras, es un texto en general con una muy buena imaginería y poética de por medio. Una ciudad vacía donde nadie se habla, la ciudad tomada por todos y por ninguno; un zoológico donde los animales se han escondido o sencillamente han desaparecido, negándose a ser vistos por los otros animales que pagan el boleto de otro zoológico, el suyo propio, metido dentro de un otro zoológico más grande, donde edificios carros y personas conviven. Un paraíso que se ha esfumado, también un nuevo Adán y Eva, estos parados en una esquina, quizá hablan del mal y el bien; tienen con ellos la manzana que deben de comer antes de cruzar la avenida, o continuar con sus vidas sin árboles. Un paraíso rodeado de cemento, asfalto, ruido y personajes que entran y salen de sus diferentes individualidades, para sentirse vacíos en diferentes mundos aparte. De estos, un laberinto donde Teseo se mueve, siempre tratando de escaparse y buscando una salida que no encuentra. Personajes singulares, en una sucesión que nos recuerda que las ciudades están ocupadas y a alguien les pertenecen, que todo el resto de nosotros no somos sino viajeros temporales de un espacio qué ha sido remodelado, como un zoológico, como un nuevo condominio en un rascacielos, o un jardín repleto de nostalgia, pero cercado por hiedra citadina; cuidado por una madre que guarda pájaros en una maleta y mariposas negras qué de noche cobran vida y revolotean alrededor de una casa que también se diluye en la neblina de la mañana.
Mauricio Montiel Figueiras, Ciudad Tomada. Ed. Almadia 2013. Oaxaca México.
Alberto Roblest