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Chicano

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Chicano Tino VillanuevaHará más de una década que conocí al maestro Tino Villanueva, aún vivía yo en Boston. Coincidimos en una lectura de poesía, él era la carta mayor de la noche y todos esperábamos ansiosos escucharle pues iba a leer de un nuevo texto “Scene from the Movie Giant” por el que se había hecho acreedor al American Book Award –el premio mas importante en los Estados Unidos en cuanto a literatura se refiere-. Si bien recuerdo afuera nevaba contundentemente y todos aparecíamos por la puerta como osos cubiertos de blanco, dejando apenas ver los ojos, e íbamos cobrando forma conforme nos desprendíamos de las varias capas de ropa que uno debe usar en Boston si se quiere sobrevivir el invierno. Y aquel invierno fue particularmente serio déjenme decirles, de hecho la ciudad se encontraba semi-paralizada pues en las calles se habían instalado montañas de nieve sin que los servicios de la ciudad pudieran hacer nada. Podía decirse que los que estábamos ahí éramos una partida de valientes, unos reverendos locos o sólo amantes hard core de la literatura. O como comentaría alguien mas tarde; es un hecho que nada puede detener que la poesía se dé, ni siquiera el mal clima.

El caso es que ya circulaban, los hors d’oeuvres, los vinos y el ponche caliente de manzana, cuando hizo su aparición Tino, venía acompañado de un par de buenos amigos también poetas, José Antonio Mazzotti y Alan Smith. Se veían sufridos. Una de las guapas edecanes se les acercó con ponche en mano y tomó sus abrigos. No recuerdo el nombre del lugar, lo que si sé, es que era uno de esos viejos e impresionantes edificios que abundan en the Back Bay; gran podio, buena acústica, vistas al Common y ese olor a tiempo e historia que en Boston abunda. El presentador, un hombre gordo parecido a Santa Claus y seguramente profesor universitario también, introdujo a todos y cada uno de los poetas que leerían esa noche, incluido a Tino Villanueva, aunque olvidó mencionar dos datos fundamentales para entender la obra de este hombre; uno que venía de una familia de migrant farmworkers en el Texas de los 50s y que era una figura importante del movimiento chicano. Además de compilador de literatura chicana, profesor universitario, ensayista y crítico. Después de aquella noche nos hicimos amigos. No recuerdo si esa misma noche en el bar -o más tarde ya en alguna de las múltiples veladas literarias a las que asistimos juntos-, que la idea de colaborar juntos nació como proyecto…

"Something Beyond Light"

Bueno, para que más que la verdad, la idea fue mía, sobre todo cuando fui adentrándome más en su literatura; dado que al leer aquellos poemas era como ver pasar películas frente a mis ojos. Poemas en Super 8, así les llamamos y así nos embarcamos en un viaje al sur del país y aterrizamos en Texas, donde tuve la oportunidad de ver las locaciones donde aquellos poemas se habían escrito y además de aprender de la discriminación brutal que vivieron muchas personas en este país, previo a la aparición de dos de mis grandes héroes norteamericanos; Martin Luther King y César Chávez. En Super 8 –aún se usaba- filmé gran parte de se viaje y ahora aquí tengo el honor de presentar para ustedes una de mis piezas favoritas de video poesía: Haciendo Apenas la Recolección, que habla precisamente de las largas horas de trabajo en el campo pizcando algodón bajo un sol incólume y de la vida errante de los campesinos corriendo tras las cosechas. Sin mencionar los bajos salarios, las difíciles condiciones de vida a los que están sometidos los trabajadores migrantes y por supuesto la discriminación que aún hoy en día persiste en muchas áreas laborales y en muchos estados de este país.

En palabras de algún critico de aquella época, Haciendo Apenas la Recolección no es sólo una de las adaptación de poesía a video más fieles que se hayan hecho, sino uno de los mas cortos Road Movies existentes en video literatura-. Producto de esa colaboración y amistad son también: Hay Otra Voz; la voz chicana. Y Something Beyond Light; el ser que crea.

Alberto Roblest