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Caricias y cuentos

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De nuestra gustada sección: LEER DC, desde la cual promovemos la lectura entre la comunidad latina de Washington a través de reseñas de libros que se pueden encontrar en la Biblioteca Pública de la ciudad. Recuerde, usted puede seleccionar su libro en línea y los empleados se lo apartarán a su nombre y entregarán en la puerta. No dejen de leer…

Caricias para Beatriz  es una sobresaliente colección de cuentos de diferentes temáticas y modalidades; que van de lo mágico, a lo tecnológico, del amor al odio, y donde una fuga no tiene sentido y cien años de soledad son apenas un blink en los ojos.

“Durante un año hice otros viajes al futuro, pero ninguno de ellos me impactó. Sin embargo, disfruté mucho del último que hice. Ahora es posible transportarse al pasado. Compré un boleto para un día entero y me traslade al año 1950… respiré aire puro, sin necesidad de una máscara. Entré a uno de los mercados y me sorprendió el color y el olor de las frutas”.

En Caricias para Beatriz los cuentos parecen ajustados como una máquina del tiempo y ninguno de ellos pasa de las cuatro páginas. Cuentos cortos tan bien calibrados como una ola que entrara a la playa. Pieza que van del análisis a la crítica, y de los ámbitos de la magia a lo social.

En “La mirada” somos testigos de un asesino que desmiembra un cuerpo con toda la tranquilidad del mundo, como si estuviera sirviendo el desayuno, o cualquier otra cosa tan banal como esa. Aunque lo que está haciendo es despedazando a otro ser humano, con el fin de desaparecerlo. De este cuento bastante grotesco y bastante evidente que refleja la realidad de una violencia cotidiana en Centroámerica , Ana Fortuny nos manda al amor platónico entre dos seres metidos en un ascensor que no avanza. Dos seres que se han amado en diferentes etapas de un tiempo que corre paralelo a sus vidas. La autora parece gustar de la idea de los mundos paralelos, dos realidades que pueden suceder al mismo tiempo, como en el caso del cuento  “Facebook” o  en “La caja de música” donde un hombre del pasado se asoma al presente, justo a una sala de cualquier familia de clase media donde ven futbol en un televisor enorme.  

“En la fábrica de huevos” es la historia de un hombre está en contra de la crueldad animal y se mete a una fábrica de huevos, un gran gallinero mecanizado e industrial, con el fin de liberar a las gallinas de su sufrimiento y explotación.

“La banda no se detiene nunca. Un huevo cada día. Al año mueren las más fuertes; las débiles duran pocos meses. Veo sus dedos torcidos como raíces de árboles en mis pesadillas”.

En “Caricias para Beatriz”, hay seres valientes, historias valerosas, mujeres que sobreviven a la infamia y hombres que sin querer cambian la historia de otro de los personajes, textos que deambulan por diferentes niveles de la imaginación.

“Calzada de La Paz” es un cuento que coquetea bastante con el absurdo de los maestros de este género. Una mujer que lleva en su bolso un spray de pimienta se enfrenta ante la violencia de dos motoristas que están a punto de matarse y este acto desencadena que todos los otros conductores de un tráfico congestionado, desenfunden sus armas apuntándose unos a otros, evidenciando con esto el alto grado de violencia a la que se está expuesto en países como Guatemala, y de cómo todo el mundo debe traer una pistola consigo para defenderse y al menos sentirse seguro. La chica con su pimienta en mano es para dar risa y gracias a eso todo termina en broma.

Ana Fortuny nació en Guatemala, estudió literatura hispanoamericana en la universidad Rafael Landívar,  aunque es bióloga de profesión, lo cual podemos  notar en algunos de sus cuentos, donde aparecen algunos animales de la selva que tienen ciertas capacidades mágicas, o convertir al viento en testigo de unos amantes y saber de las infidelidades del novio de Beatriz.

En esta colección se dan cita un secuestrador arrepentido, un liberador de gallinas; unos amantes que viven paralelamente enamorados de otros iguales a ellos; mujeres valientes sobrevivientes de alguna pesadilla, seres inteligentes, pero también duros, tímidos, e incluso falaces.

“Pero lo novedoso de esta death –shop, donde estamos esperando, es que puedes encontrar mil formas de morir, con o sin dolor; así lo anunciaban las vallas que aparecieron hoy por toda la ciudad,”

Caricias para Beatriz. Ana Fortuny. F&G Editores 2014. Guatemala.