La obra del ganador del Premio Pulitzer Nilo Cruz en GALA examina los ideales católicos; logrando el éxito con actores principales destacados.
*This story was originally published by the Washington City Paper on Friday, September 27, 2023. Read the English version on their website.
El tema de la tentación nunca pasará de moda pues lidiamos con ella todos los días. La tentación es ese terrible impulso que surge dentro de nosotros y no podemos controlar porque se anida en el pecho, se concentra en los ojos y se convierte en incitación. La tentación es un estímulo que nos espolea a rebasar la línea entre lo permitido y lo vedado. Entre el deseo descontrolado que se puede convertir en volcán, y la moral ineludible que no exonera. ¿Será cierto que todos estamos tentados a romper la línea entre lo tolerado y lo clandestino? La tentación es el argumento central de “Baño de Luna (Bathing in Moonlight),” la nueva obra del GALA Hispanic Theatre en Columbia Heights. Es la historia del padre Monroe (Raúl Méndez) que se enamora de una de sus feligresas, Marcela (Hannia Guillén).
El celibato fue y ha sido un tema bastante controversial por muchos años dentro de la propia iglesia católica. En el año 1123 la iglesia impuso el celibato durante el papado del Papa Benedicto VIII, y desde entonces, ha existido un movimiento al interior en contra de esta regla. Los casos más recientes de “insurrección” incluieron cuando en 2011 cientos de teólogos alemanes, austriacos y suizos firmaron una carta abierta. En 2017 el Papa Francisco señaló que estaba abierto a que hombres católicos casados se convirtieran en sacerdotes, aunque hubo una fuerte oposición a su propuesta, a principios de este año el Papa reiteró su deseo de reexaminar la cuestión del celibato sacerdotal.
Escrita y dirigida por el ganador del Premio Pulitzer Nilo Cruz, la obra se inscribe en esta problemática, Baño de Luna es una reflexión en torno a la moral y lo inmoral, pero también al momento en que el amor, una emoción sagrada, se transforma en algo sucio, censurado, pecaminoso y mal visto por los otros. El adre Monroe, bautizado así por la rubia de Hollywood, Marilyn Monroe, se enamora locamente de Marcela, una feligresa a la que deja tocar el piano después de misa, una buena católica, y una madre soltera que se hace cargo de doña Martina (Luz Nicolás), su madre; de Trino (Victor Salinas), el hijo adolescente, y de una casa hipotecada un poco grande para los tres. La abuela padece demencia senil, Trino se hace tonto y Marcela, quien lleva la casa, vende sombreros para sacar adelante a la familia, con la ayuda secreta del padre Monroe, claro, con quien también se ve en secreto. El cura es un hombre de 48 años, virgen, dado que es un hombre que viste hábitos, con cierto dinero y harto de denigrar su amor por Marcela como algo clandestino y comparado a la lujuria.
El drama va en aumento y los problemas de esta familia cubana que vive en la Florida se acrecientan cuando llega de sorpresa el hermano perdido por muchos años, Taviano (Hiram Delgado), el hijo mayor y el que más se parece al padre, la promesa familiar, la esperanza de todos que resulta un fracasado, un bueno para nada que no pudo terminar la carrera de médico; el cínico que le sacó dinero a Martina para pagar unos estudios inexistentes y el único culpable de que el piano de Marcela esté ausente pues fue vendido para pagar una parte de su colegiatura.
Méndez, actor mexicano con créditos en las series de Netflix “Narcos” y “Sense 8,” y la célebre actriz y productora Guillén, en los papeles del padre Monroe y Marcela, hacen su debut en GALA. Ellos dos y Nicolás, ilustre actriz de la compañía GALA, destacan por sus actuaciones.
Con un escenario mínimo compuesto de tres sillas, pantallas donde se proyectan imágenes, una gran cruz en el techo y el infierno abajo esperando a los pecadores, Baño de Luna nos lleva hasta el final, donde el amor a una mujer triunfa sobre el amor a dios. Ligeramente cliché y dentro de una problemática católica, lo que salva a esta pieza son los diálogos entre los protagonistas, el excelente uso de las pantallas que rodean el proscenio; en el tablado hay unos cráteres relucientes llenos de lumbre, y encima, sobre nuestras cabezas, una gigantesca cruz aplastándolo todo, juzgándolo todo, viéndolo todo.
El amor, lo prohibido, la tentación, lo posible y lo imposible, pero también lo impensable y lo realizado se reúnen en esta obra de que inicia temporada en el teatro GALA.
“Baño de Luna” escrita y dirigida por Nilo Cruz, en español con sobretítulos en inglés, sigue en taquilla hasta 1 de octubre en GALA Hispanic Theatre ($27–$47).
– Alberto Roblest
1 Response
Me encanto , tu articulo ,para el City Paper!! muchas felicidades, y mas éxitos!!