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De nuestra gustada sección: LEER DC, desde la cual promovemos la lectura entre la comunidad latina de Washington a través de reseñas de libros que se pueden encontrar en las Bibliotecas Públicas del área metropolitana.
“Asuntos de un Hidalgo disoluto” es una reflexión del ser humano frente al proceso de la memoria; lo vivido y lo inventado, lo recreado y la idealizado, la exageración y el apego a la realidad. Sus asuntos incluyen el adulterio, la seducción, la política, la religión y la familia
Hidalgo: término del castellano antiguo que por definición se refería al hombre “bien nacido”. Un Hidalgo era una persona que por linaje pertenecía al estamento inferior de la nobleza. En sus diferentes contextos, denotaba “noble”, “valioso”, “bueno”. El termino se pone se moda en el siglo XII. A lo largo de los años su uso se fue extendiendo en forma descontrolada, dado que los monarcas a cambio de algún beneficio económico, o personal, nombraban hidalgos a cuantos les resultase conveniente. Su uso comenzó a decrecer por ahí del siglo XVII.
“Asuntos de un Hidalgo disoluto”, es un libro de espejos en el que vemos el poder de la memoria como testigo de la existencia. Por una parte, el texto pareciera ser un homenaje a Cervantes de Saavedra y su famoso Don Quijote de la Mancha, pero por el otro lado a los escritores de caballería que alguna vez fueron también famosos y vendieron libros… aunque pasaron de moda. Como su nombre lo indica, esta es la historia de un anciano que cuenta su vida narrándose la a su última esposa, que además es su secretaria. Este viejo misterioso se mueve entre dos países, Colombia e Italia, y no encaja en ninguno de los dos. A veces está en una plaza donde el murmullo es italiano, y las otras en un balcón desde el cual se puede escuchar cumbia. Ambos países están en su memoria, y en ocasiones esta lo engaña y lo lleva al pasado, o mejor dicho a varios de sus pasados, mientras recordando el allá está en un presente donde él es otro hombre. De modo desordenado, tal y como le van viniendo ideas a la cabeza, alterna diálogos con su amigo imaginario, y escritor de ficción, Quitapesares. La invención como el abuso de la memoria que apenas recuerda lo que selectivamente alimentamos, una memoria donde somos otros y la película que pasa es nueva. ¿Qué tan cierto es que una vez que se ha dejado de recordar, o de inventar, comenzamos a morir?
El personaje es en realidad dos: el Hidalgo, el hombre honorable y valiente que, aunque viejo lucha por las causas nobles; y el disoluto, el que vive para el libertinaje y las pasiones, el voyeur que mira con lascivia en la oscuridad. “Me habré dejado esclavizar por la memoria, o habré conseguido corregir algo en el pasado, mezclado con el recuerdo, y además, con fragmentos de mi invención”.
De prosa fina y retruécanos lingüísticos complicados, “Asuntos de un Hidalgo disoluto” es un texto que coquetea con el erotismo, la moral, las historias de caballeros andantes y la novela de aventuras. El desliz de un hombre viejo y cínico que decide convertir sus recuerdos en una aventura.
“Asuntos de un Hidalgo disoluto” Héctor Abad Faciolince, Alfaguara 2000.
Alberto Roblest