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Cómo un grupo de latinas lucha por un aire más limpio

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Carmen Cortez, operadora de radiobuses
Carmen Cortez (foto cortesía de Cortez)

Cuando Carmen Cortez, conductora de bus escolar del condado Montgomery, se puso al volante de un autobús eléctrico en 2021, enseguida notó que el silencio del motor y la ausencia de gases de escape diésel hacían que el viaje fuera más agradable para ella y los alumnos. Pero no fue hasta el año siguiente, cuando empezó a trabajar como voluntaria con los defensores del medio ambiente de EcoMadres, que se dio cuenta del importante papel que podían desempeñar los autobuses eléctricos en la lucha contra el cambio climático.

Cortez, una alegre mujer de 52 años de origen salvadoreño, fue una de las primeras conductoras de buses en probar la nueva flota eléctrica que presta servicio en las escuelas del condado de Montgomery. El consejo escolar publicó que el condado adquirió autobuses eléctricos gracias a un acuerdo con Highland Electric Fleets, una empresa con sede en Massachusetts que adquiere y mantiene autobuses eléctricos para sus clientes a cambio de una cuota anual.

“Recuerdo que conduje ese autobús y no hacía ningún ruido. No olía a diésel,” dice Cortez, a quien ascendieron en 2022 y ahora se encarga, entre otras cosas, de formar a los conductores para que maniobren autobuses eléctricos. 

Los autobuses que funcionan con diésel no sólo emiten gases de efecto invernadero que estimulan el cambio climático, sino que, según la Environmental Protection Agency de Estados Unidos (EPA), la exposición a los gases de escape del diésel puede tener graves consecuencias para la salud como el asma y otras enfermedades respiratorias, especialmente en los niños.

Sin embargo, los conductores de autobús pasan gran parte del día encerrados en los vehículos amarillos. Si funciona con diesel, un autobús escolar puede tener niveles mucho más altos de contaminantes que el aire que lo rodea, según un estudio de la organización sin fines de lucro Environment and Human Health, Inc. Estas elevadas emisiones pueden exponer a los conductores de autobús a un mayor riesgo de cáncer.

Los nuevos autobuses eléctricos deleitaron a Elizabeth Brandt, una de las madres de la Escuela Primaria Rock Creek Forest en Chevy Chase, Maryland, uno de los centros donde Cortez prestaba servicios. En ese tiempo, ella también era gerente nacional de campo en Moms Clean Air Force, un grupo ambiental nacional que lanzó EcoMadres en 2018 como una iniciativa de alcance latino.

Brandt vio una oportunidad para destacar a Rock Creek Forest y a Cortez, una madre de cuatro hijos que había pasado muchas horas inhalando el hedor de los gases de escape diésel cada semana durante años antes de comenzar a trabajar con la flota de autobuses electrónicos del condado.  

“Cuando vi a [Cortez] llegar en el autobús eléctrico, le dije ‘No sé si conoces todo el proceso de cómo conseguimos estos autobuses, pero para mí es importante, y creo que la gente quiere escuchar tu historia,'” recuerda Brandt.

En 2022, Cortez se reunió con los directores de Rock Creek Forest y con Carolina Peña-Alarcón, antigua directora nacional de programas de EcoMadres.

Luz Drada y Danielle Berkowitz-Sklar de EcoMadres frente a uno de los ecobuses (foto por Jose Luis Magana)
Luz Drada y Danielle Berkowitz-Sklar de EcoMadres frente a uno de los ecobuses (foto por Jose Luis Magana)

“Nos dimos cuenta así de que los beneficios eran percibidos por todos los implicados,” dice Peña-Alarcón.

Cortez se convirtió en portavoz de EcoMadres en una campaña realizada en 2022 para promover las ventajas de los autobuses eléctricos entre el personal de las escuelas públicas del condado de Montgomery y los funcionarios locales.  

“Nos llevamos bien y empezamos a hacer muchas cosas juntos por el medio ambiente,” dice Cortez.

Aunque tuvo que poner fin a su voluntariado en EcoMadres tras incorporarse a su nuevo puesto como operadora de radiobuses, Cortez sigue desempeñando un papel clave en la transición de los autobuses diésel del condado, capacitando a otros conductores en el uso de los nuevos autobuses eléctricos.

Cortez es una de las muchas personas que han sido voluntarias de EcoMadres desde la creación de la organización hace seis años. En la actualidad, EcoMadres cuenta con ocho empleados en Washington, D.C., Iowa, Nevada, Virginia, Arizona, Tennessee y Colorado.

Según Danielle Berkowitz-Sklar, coordinadora de eventos nacionales de Moms Clean Air Force, el grupo ecologista fundó EcoMadres para facilitar el acceso de los residentes latinos al activismo por el clima.

“Nuestra filosofía es ir al encuentro de las familias allí donde están,” afirma Berkowitz-Sklar. “Sabemos que —especialmente cuando hablamos de comunidades latinas, muchas de las cuales son familias trabajadoras— formar parte de la defensa del clima es a veces un lujo.”

El personal de EcoMadres habla con los residentes en actos comunitarios sobre las repercusiones de la contaminación atmosférica en la salud, cómo proteger a la familia y abogar por una legislación climática. Algunos de sus programas en línea incluyen EcoCharlas (“Eco Chats” en español) y talleres para formar a la gente a testificar ante la EPA.  

“Nuestro objetivo es reunir a las personas que se preocupan por este tema —o que se dan cuenta de estos problemas y se preocupan por la salud y el futuro de sus hijos— a estas salas con legisladores en eventos donde pueden intervenir,” dice Berkowitz-Sklar.

Por ejemplo, el personal y los voluntarios de Moms Clean Air Force y EcoMadres testifican ante la EPA y presentan sus comentarios cuando la agencia estudia propuestas medioambientales que afectan a niños y a familias. Recientemente se han ultimado algunas de esas resoluciones, lo que ha llevado a EcoMadres y Moms a elogiar públicamente a la EPA de la administración Biden.

EPA Administrator Michael Regan and Parents Editor-in-Chief Grace Bastidas at the inaugural "Climate Disruption, Air Pollution, and Young People’s Health" summit (photo by Al Drago for Mom's Clean Air Force)
El administrador de la EPA, Michael Regan, y Grace Bastidas, la editora de la revista Parents (Padres), en la cumbre inaugural “Climate Disruption, Air Pollution, and Young People’s Health”

Liz Hurtado, directora nacional de la organización Moms Clean Air Force, que también colabora con EcoMadres, se unió al administrador de la EPA, Michael Regan, nombrado en 2021 por la administración Biden, cuando anunció normas más estrictas sobre la contaminación por hollín. El hollín se presenta en forma de partículas diminutas (unas 30 veces más pequeñas que un cabello humano) liberadas por automóviles, centrales eléctricas y otras actividades de quema  de combustibles fósiles.

“Hemos conseguido algunas victorias sorprendentes. La EPA nos está escuchando”, afirma Hurtado, cuya hija, Lena, presentó a Regan en la rueda de prensa. 

En febrero, Regan fue uno de los oradores principales de la cumbre “Climate Disruption, Air Pollution, and Young People’s Health: Challenges and Solutions (Alteraciones climáticas, contaminación atmosférica y salud de los jóvenes: Retos y soluciones),” celebrada en el National Press Club del centro de Washington, D.C.

La cumbre reunió a profesionales de diversos campos de la política, la investigación y la defensa para hablar en paneles sobre el impacto del cambio climático en las comunidades de riesgo y debatir qué soluciones paliativas pueden ponerse en marcha ahora.

Moms y EcoMadres están a la espera de la normativa definitiva de la EPA sobre cuestiones de contaminación sobre las que testificaron el año pasado y siguen abogando contra la incineración de plásticos. También apoyan dos propuestas del Congreso que pretenden promover la salud mental de los jóvenes y el acceso a la educación frente al cambio climático.

–Historia de Marcelo Jauregui-Volpe

– Traducción de Michelle Nataren 

– Edición de traducción por Natalia Chamorro

– Editado por Talía Alemán y Michelle Benitez